Enfrentan en Estados Unidos consumo desmedido de opioides

Editado por Jessica Arroyo Malvarez
2018-03-17 10:12:31

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Washington, 17 mar (RHC) Cinco médicos estadounidenses fueron acusados de aceptar miles de dólares en sobornos de una empresa farmacéutica para prescribir cantidades exageradas de fentanilo, un opioide a cuyo consumo desmedido se oponen hoy diversos sectores.

Los galenos, residentes en la ciudad de Nueva York y quienes pueden recibir condenas de unos 20 años de cárcel, declaraban los ingresos como si fuesen honorarios por impartir conferencias, según el acta de acusación divulgada ayer.

Aunque el fiscal federal de Manhattan, Geoffrey Berman, no precisó su nombre, todos los detalles del caso corresponden a la compañía Insys Therapeutics, divulgaron informaciones periodísticas.

En agosto último esa entidad, basada en Phoenix, Arizona, aceptó cooperar con la justicia y pagar 4,5 millones de dólares de multa tras ser acusada de prácticas fraudulentas para promover su aerosol de fentanilo Subsys, en principio para los dolores vinculados al cáncer.

Dos empleados de Insys Therapeutics se declararon culpables y participaron en la investigación que condujo al arresto de los médicos mencionados.

Gordon Freedman, uno de los doctores y experto en el tratamiento del dolor, habría recibido más de 300 mil dólares en falsos honorarios a cambio de un aumento de sus prescripciones de dicho spray.

Sus colegas Jeffrey Goldstein, Todd Schlifstein, Dialecti Voudouris y Alexandru Burducea están acusados de recibir entre 68 mil y 196 mil dólares por los mismos fines.

El presidente norteamericano, Donald Trump, llamó el pasado 1 de marzo a fortalecer la lucha contra el excesivo consumo de opiáceos durante una reunión sobre el asunto en la Casa Blanca.

Tenemos que ser fuertes, actuar con dureza, expresó el mandatario, quien también fustigó a los traficantes de drogas.

A juicio de Trump, la actual situación no puede resolverse siendo débiles y creando comisiones sobre el impacto de la crisis.

Por otra parte, anunció que preveía presentar en un plazo de tres semanas varias iniciativas contra la adicción a los opiáceos, y manifestó que podría demandar a algunas compañías fabricantes de esos productos.

Unos 64 mil estadounidenses perdieron la vida por el consumo excesivo de drogas en 2016, y esa es la cifra más alta registrada en este país, recordó a finales de febrero último el fiscal general, Jeff Sessions.

Añadió en una conferencia de prensa que los datos preliminares sugieren que el problema fue incluso peor el año pasado.

Utilizamos opioides muchas veces más de lo que es médicamente necesario para una población de nuestro tamaño. Millones de estadounidenses viven con una adicción, recalcó.

Trump declaró el último 26 de octubre la crisis de opiáceos como una emergencia de salud pública y reconoció que su país constituye el mayor consumidor de esas sustancias en el mundo.

Sin embargo, evitó calificar la situación de emergencia nacional, como dijo inicialmente que haría.



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