Matías Pérez, un nombre que no se olvida

Editado por Maria Calvo
2016-07-26 11:19:41

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Una de las historias más conocidas en Cuba es la de Matías Pérez, un hombre que vivió en el siglo XIX y que su gran sueño era construir un globo aerostático y elevarse en las alturas.

Matías confeccionaba toldos de lona para proteger las casas y establecimientos del fuerte sol, pero sus ratos libres los dedicaba a estudiar aerodinámica.

En esas horas dedicadas a desentrañar el misterio de la ligereza del aire, fue confeccionando poco a poco la barquilla, el quemador, la envoltura y demás aditamentos, de un globo aerostático.

Cuando hubo hallado la clave para elevarse, bautizó su globo como “Villa de París”, y se decidió a realizar lo que sería su primera y única ascensión.

Un día de junio de 1856, temprano en la mañana Pérez voló desde el hoy Parque de la Fraternidad de La Habana, ante las miradas curiosas de desconocidos, amigos y familiares, Matías Pérez se elevó por los cielos, mientras se escuchaban las voces de... ¡buen viaje Matías!

Los presentes vieron que el globo se elevaba y como se esfumaba en el cielo de San Cristóbal de La Habana.

Nunca más se supo de él, de su viaje, de sus impresiones y resultado de su sueño.

Hubo una búsqueda meticulosa en las provincias de Pinar del Río y La Habana, pero no se encontraron rastros del aerostato ni de Pérez.

Actualmente Matías es para muchos el primer vestigio de cosmonauta, del innovador.

A partir de este acontecimiento, forma parte del folklor cubano, cuando algo o alguien desaparece se suelen utilizar las expresiones: “se fue a bolina como Matías Pérez” o simplemente, “voló como Matías Pérez”.

 

 

(Varias Fuentes)



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