Museo de la Revolución, invaluable testigo histórico y patrimonial

Editado por María Candela
2020-03-17 15:52:58

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Por: Guadalupe Yaujar Díaz

La Habana, 17 mar (RHC) De cara a la bahía de La Habana (en la intersección de Avenida de las Misiones y la calle Refugio), se alza el otrora Palacio Presidencial de Cuba, majestuoso edificio ecléctico de cuatro pisos, inaugurado hace un siglo, el 12 de marzo de 1920.

La primera planta acogió a los más importantes espacios del Palacio: despacho presidencial, Salón de los Espejos, capilla, Salón Dorado y el local donde radicó el Consejo de Ministros.

En el segundo piso se instaló la residencia presidencial, y en la última de sus cuatro plantas se ubicó la guarnición responsabilizada con la custodia de la mansión.

En 1909, el entonces gobernador de La Habana, Ernesto Aubert, ordenó construir una nueva sede que acogiera al gobierno provincial. El proyecto fue realizado por los arquitectos Rodolfo Maruri (cubano) y Paul Belau (belga).

El costo del inmueble rebasó el millón y medio de pesos. Sus pisos y escaleras se revistieron con mármol de Carrara, y el proyecto se realizó a partir de los cánones eclécticos de la época.

La cúpula que corona la edificación, recubierta en su exterior con piezas de cerámica vidriada y que no estaba incluida en el proyecto génesis, fue, en su momento, de las más altas de la ciudad. El palacio fue decorado con obras pictóricas y esculturas de artistas cubanos, como Armando García Menocal, Antonio Rodríguez Morey, Leopoldo Romañach, Esteban Valderrama, Fernando Boada y Jilma Madera, entre otros.

El primer presidente en habitar al Palacio Presidencial fue el Mayor General Mario García Menocal Deop, del 20 de enero de 1920 al 20 de mayo de 1922, y el último, el doctor Osvaldo Dorticós Torrado, del 17 de julio de 1959 hasta 1965.

Allí, el 26 de octubre de 1959, el Comandante Camilo Cienfuegos se dirigió por última vez al pueblo, y el 28 de septiembre de 1960, se crearon los Comités de Defensa de la Revolución.

Poco después del mediodía del 13 de marzo de 1957, el sitio fue escenario del asalto protagonizado por un centenar de combatientes del Directorio Revolucionario, con el objetivo de ajusticiar al dictador Fulgencio Batista y lograr una sublevación popular.

La guarnición logró atrincherarse en los pisos altos, y desde allí impidió el acceso de los revolucionarios al tercer piso.

A la entrada del edificio, aún pueden apreciarse los impactos de balas de los asaltantes.

En una acción simultánea, minutos despúes caía abatido a tiros en la esquina de la Universidad de La Habana el líder estudiantil José Antonio Echevarría, después de tomar la emisora Radio Reloj y lanzar una proclama el pueblo, informándole sobre el presunto ajusticiamiento de Fulgencio Batista.

El cuatro de enero de 1974, la antigua mansión devino Museo de la Revolución (*).

Está considerado uno de los más importantes museos cubanos, por el valor de su patrimonio, su extensa exposición y su labor cultural, histórica y política.

Su colección atesora más de nueve mil piezas, incluidas unas 700 en muestra permanente, además de documentos, fotografías, armas y mapas de las acciones protagonizadas por los revolucionarios cubanos.

En la Sala Memorial, dedicada a los comandantes Ernesto Che Guevara y Camilo Cienfuegos, se encuentra ubicado el conjunto escultórico, de cera, uno de los símbolos distintivos de la institución.

En el Museo de la Revolución, puede apreciarse su patrimonio histórico, enmarcado desde las luchas independentistas en el siglo XIX hasta el triunfo revolucionario de enero de 1959.

Ubicado en las áreas expositivas exteriores, se halla el Memorial Granma, donde está expuesto el histórico yate Granma, que transportó desde México a los revolucionarios comandados por Fidel Castro para iniciar la lucha definitiva por la liberación, y el cañón autopropulsado que usó el Comandante en Jefe durante los combates de Playa Girón. (*)

Además, acoge a un grupo valioso de piezas históricas vinculadas con la guerra de liberación y con las batallas posteriores del pueblo cubano en defensa de sus conquistas.

Una perenne llama encendida por el líder histórico de la Revolución cubana, el 19 de abril de 1989, da vida al Monumento a los Héroes Eternos de la Patria Nueva.

(*) El Museo y el Memorial Granma fueron declarados Monumento Nacional en enero de 2010.

 



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