Orden y disciplina son fundamentales en Cuba hacia la nueva normalidad

Editado por Maite González Martínez
2020-07-28 07:18:25

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Imagen / Radio Bayamo.

Por: Roberto Morejón

Si bien los cubanos tienen la ventaja de que el país controló el curso de la pandemia por la COVID-19 , deben excluirse los desenfrenos, indisciplinas y el desorden.

El gobierno, científicos, especialistas de salud, instituciones públicas y medios de comunicación recomiendan comportamientos individuales y colectivos apropiados para las fases de recuperación de cada provincia.

Pero todavía persisten en Cuba focos y eventos de la enfermedad mientras algunas regiones en el mundo, como las Américas, afrontan el desboque de contagios.

La mayor parte de los países europeos aplica el desconfinamiento, pero en un grupo de ellos los rebrotes pusieron a todos en tensión.

Cuba, por lo tanto, NO puede confiarse y asumir como si la pandemia estuviera liquidada y la nación regresara a la etapa previa a los primeros casos.

Los entendidos enfatizan en que cualquier procedimiento en la etapa post-COVID-19 se base en la adaptación a la llamada nueva normalidad, con precauciones insustituibles.

Disposiciones de higiene personal y la utilización de mascarillas en lugares públicos, son cautelas llegadas para quedarse hasta tanto las vacunas sean viables.

En esa realidad es inaceptable observar a ciudadanos sin los llamados nasobucos o con ellos en el cuello, como en La Habana.

No son pocos los que observan la vasija con solución clorada para lavarse las manos antes de entrar a un comercio, como si fuera un recurso decorativo.

Otros incumplen la distancia física mínima en espacios donde confluyen personas o forman grupos para compartir, como si la pandemia fuera obra de la ficción.

Peor aún es encontrar individuos alejados por decisión propia de la información ofrecida por el personal de salud, como si así quedaran inmunizados contra los contagios.

Después de una labor titánica del personal competente en el control de la pandemia a costa de muchos esfuerzos físicos y de recursos financieros, debería esperarse el acatamiento de las regulaciones comprendidas para cada fase de la recuperación.

Las claves para sostener los buenos resultados de Cuba son todavía información, disciplina y percepción del riesgo.

Salvar vidas y evitar la propagación del mal prosiguen como prioridades.

Son merecedores de aplausos los que entregan todo para derrotar la pandemia y los que muestran responsabilidad, orden y nivel de información sobre lo que ocurre.



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