Prensa Latina
Por: Roberto Morejón
Cuba e Irán, geográficamente distantes, emprendieron caminos arduos, pero promisorios, hacia la obtención de vacunas contra la COVID-19 , en un mundo en competencia desleal por esos antídotos.
La República Islámica sufre crueles sanciones de Estados Unidos que le dificultan adquirir medicamentos e insumos necesarios en la lucha contra la pandemia por el nuevo coronavirus.
A pesar de ello, los científicos iraníes estudiaron sus propias sustancias inmunizadoras y presentaron la segunda etapa de su experimentación con la llamada COVIRAN Barakat.
Cuba también afronta severas carencias materiales, derivadas de la persecución de Estados Unidos y del impacto de la COVID-19 en la economía.
La muy respetada comunidad científica de la nación antillana apoyada en gran parte en estudios anteriores, puso a término cinco candidatos a vacunas contra la enfermedad de origen respiratorio.
Dos de las propuestas, Abdala y Soberana O2, son las más desarrolladas, y de esa última Cuba envió a Irán 100 mil dosis a fin de ampliar ensayos en fase III, que paralelamente avanzan satisfactoriamente en La Habana.
Después de extenderse las pruebas de ese prototipo a Irán y si se confirma el éxito, la producción masiva se pondrá en marcha en ambas naciones.
Constituye un ejemplo de tenacidad, probidad científica y de ejercicio soberano la decisión de ambos países de progresar en sus propios proyectos contra la COVID-19 e incluso cooperar.
La apuesta por soslayar una dependencia del exterior en productos vitales, especialmente en tiempos de crisis, resulta acertada, sobre todo ante la competencia desleal de países ricos.
El sitio Moon of Alabama reveló que Estados Unidos y aliados utilizan la 'persuasión', el sabotaje y la desinformación para obtener la supremacía de las vacunas a nivel global.
Las compañías Pfizer y Moderna esperan ganar sumas cuantiosas con sus vacunas y tratarán de derrotar a competidores potenciales, apuntó la fuente.
El Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos admitió que ese país presionó a Brasil para rechazar la vacuna rusa Sputnik V.
También Estados Unidos y asociados persuadirían a terceros a NO recibir asistencia de naciones como Rusia, Venezuela y Cuba.
Las revelaciones del referido sitio reafirman las razones de Cuba e Irán para trabajar en sus propios planes contra la enfermedad letal.
