Los bueyes y la carreta

Editado por Lorena Viñas Rodríguez
2021-04-14 08:30:17

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Recientemente el gobierno de Estados Unidos anunció que se había llegado a un acuerdo con tres países emisores de migrantes, México, Guatemala y Honduras . Foto: Archivo/RHC.

Por: Guillermo Alvarado

Recientemente el gobierno de Estados Unidos anunció que se había llegado a un acuerdo con tres países emisores de migrantes, México, Guatemala y Honduras para que movilizaran al ejército y policía a sus respectivas fronteras con el objetivo contener el flujo de viajeros irregulares hacia el norte.

Aunque ninguna de las naciones latinoamericanas concernidas en este asunto confirmó hasta ahora tal acuerdo, se habla incluso de la cantidad de efectivos que cada cual comprometió en este operativo.

De ser así se confirmaría que, tanto el receptor como los países de origen de estas personas, insisten en poner la carreta delante de los bueyes y buscan soluciones de fuerza que para nada resuelven el problema.

Primero que nada se debe recordar que la inmensa mayoría de los que intentan arribar a la frontera de Estados Unidos lo hacen porque no tienen otra alternativa, no porque sea una decisión voluntaria.

Nadie escoge ser pobre, pero en ciertas zonas de México y del Triángulo Norte Centroamericano esta condición se multiplica de manera acelerada, y no sólo por culpa de la pandemia de covid-19.

Existe un extenso tramo de mil 600 kilómetros de largo y de 100 a 400 kilómetros de ancho, que va desde Chiapas, en el sureste de México, hasta Costa Rica, llamado el “Corredor Seco”, donde habitan más de 10 millones de personas, sobre todo de Guatemala, Honduras y El Salvador.

Esa gente no vive allí por gusto, sino como resultado de un proceso que arrancó hace más de 200 años y permitió a un pequeño grupo de potentados apoderarse de las mejores y más fértiles tierras, empujando a grandes masas de campesinos hacia las zonas áridas e infecundas.

Estados Unidos no fue ajeno a este despojo y a quienes deseen profundizar en el tema les recomiendo leer la trilogía bananera de Miguel Ángel Asturias.

Pero ese Corredor Seco no siempre permanece así. En ocasiones, como el año pasado, es azotado por violentos fenómenos climáticos que lo inundan y destruyen lo poco que se pudo haber sembrado.

De allí, y de otros lugares tan miserables, sale la mayor parte de quienes realizan un viaje que les puede costar la vida, en busca de una ilusión que suele terminar en pesadilla.

No importa que sellen las fronteras con soldados y policías, porque lo seguirán intentando de todas maneras por una sencilla razón: ya no tienen nada que perder. Su presente son enfermedades, hambre y violencia, su pasado es una larga repetición de eso mismo y el futuro no existe.

¿Será de verdad tan difícil de comprender que es eso, y no otra cosa, lo que se debe cambiar para resolver la situación?  



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