La guerra más inútil

Editado por Maite González Martínez
2021-04-15 07:48:55

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EFE.

Por: Guillermo Alvarado

El sonido más persistente a lo largo de la historia de la humanidad es el de los tambores de la guerra, que las ha habido de todo tipo, desde las justas y necesarias para la liberación de los pueblos, hasta las más absurdas, brutales y costosas, tanto en términos de vidas como de economía e infraestructura.

Por estos días podríamos asistir, quizás, a la etapa final de uno de los conflictos más inútiles de las últimas siete u ocho décadas, el de Afganistán, que califica como el más largo en que se ha visto involucrada la primera potencia militar del mundo, Estados Unidos.

Fue, en realidad, una guerra de venganza por los ataques del 11 de septiembre de 2001 contra las torres gemelas de Nueva York y otros objetivos estadounidenses, aunque ninguno de los 19 presuntos terroristas era afgano.

Según Washington, el gran pecado de la nación centro asiática fue dar refugio a Osama Bin Laden, supuesto autor intelectual de los atentados y por esa razón se dirigió hacia ella la cruzada contra el terrorismo que, en teoría, debía terminar con esa plaga para siempre.

Casi 20 años después el gobierno de Estados Unidos anunció que en septiembre sus tropas abandonarán Afganistán, 4 meses después del plazo comprometido anteriormente por el expresidente Donald Trump.

Ha sido una guerra sangrienta, prolongada y cara y al final del día se puede constatar que ninguno de los objetivos propuestos se cumplió, por lo que también es una gran derrota militar y política para sus instigadores.

El terrorismo está presente hoy en buena parte del mundo, incluso en la potencia norteña como se pudo ver el 6 de enero pasado, cuando una multitud violenta y exaltada atacó el Capitolio, porque eso, dígase lo que se diga, fue una acción terrorista que buscaba paralizar por el miedo a toda esa nación.

Afganistán está destruido, con un gobierno frágil que sólo controla el 59 por ciento del territorio, las fuerzas armadas y la policía dependen de los invasores  para funcionar y es posible que cuando éstos se retiren se desate el caos.

El movimiento Talibán había prohibido en 2005 el cultivo de la amapola, pero tras la llegada de los ocupantes éste volvió y en la actualidad es el país que más heroína produce en el mundo y participa del 80 por ciento del mercado global de esa droga ilícita.

Los costos humanos son brutales. Por lo menos 110 mil afganos han muerto, según recuentos conservadores, y una cifra mayor quedaron gravemente heridos. De cada tres víctimas una es civil y muchos son niños.

No se puede menos que recordar aquella frase atribuida por algunos al filósofo griego Platón, pero que, sea de quien sea, encierra una gran verdad: “Sólo los muertos verán el final de la guerra”.



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