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Por: Guillermo Alvarado

El oeste de Canadá y el noroeste de Estados Unidos están sufriendo una ola de calor extremo, con la ruptura de todas las marcas conocidas hasta ahora, que ya causó numerosas muertes y puede tener graves efectos para la economía y la producción de alimentos en grandes regiones.

Se trata de un fenómeno denominado “Domo de calor”, el cual consiste en la presencia de una enorme área con alta presión estática en la atmósfera, que hace el efecto de la tapa de una olla impidiendo disipar la temperatura.

El caso es que en algunos lugares, como Lytton, en la Columbia Británica, Canadá, los termómetros subieron hasta 49,5 grados centígrados, algo nunca visto en una zona donde lo normal en esta época del año oscila entre los 23 y 25 grados.

De acuerdo con informes de la policía, en la ciudad de Vancouver y sus alrededores ocurrieron ya más de 150 muertes repentinas asociadas con este fenómeno, generalmente de personas mayores o con enfermedades crónicas.

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Esta semana la Organización Meteorológica Mundial, una agencia especializada de la ONU, advirtió que las temperaturas extremas acarrean un serio peligro para la salud de las personas, así como a la agricultura y el medio ambiente.

Al otro lado de la frontera, en los estados de Washington y Oregon, se están tomando medidas, como adelantar las cosechas de varios productos, entre ellos cerezas y otras frutas, para evitar que se dañen.

En otras regiones del oeste de Estados Unidos hay también preocupación por diversos fenómenos climáticos.

California, donde se producen dos tercios de las frutas y nueces y un tercio de verduras de todo el país, está bajo los efectos de una sequía prolongada y severa y se teme que este año los incendios forestales sean más devastadores que los ocurridos en 2020.

Y mientras eso ocurre en esa zona, en el otro extremo del país organizaciones ambientalistas rechazaron la decisión del gobierno federal de rebajar el presupuesto destinado a combatir el cambio climático.

Esa fue una concesión que Joe Biden tuvo que hacer a los republicanos para avanzar en su proyecto de infraestructura, pero causó malestar porque una de las promesas de campaña fue precisamente luchar contra el calentamiento global y sus consecuencias en todo el mundo.

Un panel sobre cambio climático de la ONU señaló que millones de personas en el mundo enfrentan un futuro de hambre, sequía y enfermedades, porque las variaciones en el medio ambiente cambiarán la vida de la tierra durante las próximas décadas. Guerra avisada.