Foto: Archivo/RHC
Por Guillermo Alvarado (RHC)
En la intensa y cruel guerra mediática que se lleva a cabo contra Cuba, con el objetivo de llenar el imaginario popular con falsedades y equívocos, ocupa un lugar central sembrar la idea de que el país caribeño es un Estado fallido, incapaz de satisfacer las necesidades de su población.
Incluso el presidente de Estados Unidos, no se sabe si por ignorancia o premeditada mala intención, se sumó recientemente a estas afirmaciones para justificar el bloqueo económico, comercial y financiero, que durante 60 años ha tratado infructuosamente de doblegar al pueblo cubano.
Curiosas palabras del gobernante de una nación inmensamente rica, pero profundamente contradictoria y desigual y que, como dijo Simón Bolívar, parece destinada por la providencia a plagar la América de miserias en nombre de la libertad, cosa que ha hecho a lo largo de la historia moderna.
En Cuba ciertamente hay necesidades, que se deben al bloqueo que es el principal obstáculo al desarrollo del país, pero muchos problemas que abruman a otras naciones están resueltos.
La sociedad estadounidense, por ejemplo, sufrió en 2020 más de 620 tiroteos masivos, con casi 20 mil muertos, a los que debe sumarse otros 24 mil fallecidos por suicidios cometidos con armas de fuego.
La Revolución declaró desde sus inicios que la salud y la educación son derechos gratuitos y universales. Nadie, ni siquiera los que no sienten apego por este proceso, están excluidos de estos servicios básicos, a diferencia de Estados Unidos donde para mucha gente son un lujo inalcanzable.
Miles de egresados de la Educación Superior en el país más rico del mundo comienzan su vida profesional con el duro peso de las deudas estudiantiles, que de acuerdo al sitio usdebtclock.org asciende en total a 1,75 BILLONES de dólares, un promedio de 39 mil 800 dólares por alumno.
Ni que decir de la pandemia, que afectó a 34 millones de personas y mató hasta ahora a poco más de 600 mil, cifras que podrían ser mucho menores si el gobierno federal hubiese atendido mejor la crisis sanitaria.
Es perverso que se diga que Cuba es un Estado fallido, cuando exhibe una mortalidad infantil de 4,9 por cada mil nacidos vivos, entre las menores del mundo, y cuenta con una vacuna contra la covid-19 y cuatro candidatos en fase avanzada, logros que muchos países desarrollados no alcanzan.
Más perverso aún es que se propale esa mentira, omitiendo el genocida bloqueo contra un pueblo que no se rinde.
