Imagen tomada de @CubaMINREX
Por María Josefina Arce (RHC)
Mestiza, afrolatina y caribeña, así definió el presidente Miguel Díaz-Canel a Cuba, una nación que vive orgullosa de las raíces que conforman su identidad solidaria, humanista, digna y luchadora.
El mandatario cubano intervino en la Reunión de Alto Nivel de la ONU para conmemorar el aniversario 20 de la Declaración y Programa de Acción de Durban, que trazó el camino para el enfrentamiento contra todas las formas de racismo, discriminación, xenofobia e intolerancia.
Un plan que hizo suyo la Revolución, pues la lucha contra todo tipo de odio racial estaba ya en la obra y pensamiento de nuestros próceres independentistas como el Héroe Nacional José Martí, quien escribió que "Hombre es más que blanco, más que mulato, más que negro..."
El país que nació en enero de 1959 hizo honor a ese ideario, llevando a cabo profundas transformaciones para eliminar el racismo y la discriminación que estaban institucionalizados.
Fue la Revolución la que hizo accesible la educación y la salud, entre otros derechos, para todos los cubanos, sin importar el color de la piel, género, religión o ideas políticas.
Creó y fortaleció a lo largo de estas décadas un marco jurídico e institucional para garantizar a cada ciudadano los mismos derechos, libertades y oportunidades como refrenda la nueva Constitución proclamada en abril de 2019.
Pero como bien afirmó el mandatario cubano en su intervención, no basta con leyes y decretos para borrar siglos de políticas discriminatorias en las sociedades. Por eso, en noviembre de 2019 se aprobó por el Consejo de Ministros el Plan Nacional contra el racismo y la Discriminación Racial como programa de gobierno.
Este plan es ejecutado por una Comisión gubernamental, encabezada por Díaz-Canel, y en él están implicados 18 organismos de la administración central del estado e igual número de organizaciones de la sociedad civil.
Tiene entre sus principales objetivos identificar las causas de este fenómeno y proponer acciones por territorio, localidad, rama de la economía y sociedad, en general, para avanzar en la erradicación de esas manifestaciones discriminatorias que nada tienen que ver con el espíritu de justicia social de la Revolución.
Y para seguir avanzando en su implementación en este año quedaron constituidas las Comisiones provinciales, conformadas por gobernadores y representantes de los diversos sectores.
Las acciones desplegadas para avanzar en la eliminación de prejuicios raciales que aún subsisten en algunas personas son una muestra de la voluntad política del gobierno y su compromiso con la Declaración y Programa de Acción de Durban.
Un compromiso que, como señalara el presidente Díaz-Canel, trasciende las fronteras del archipiélago cubano, por lo que los pueblos del mundo siempre podrán contar con nuestra contribución en esta lucha contra cualquier tipo de discriminación y racismo.
