Méritos y Deméritos (+Foto)

Editado por Martha Ríos
2021-11-08 00:06:21

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Foto: Archivo/RHC

Por Guillermo Alvarado (RHC)

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro (en la foto) vuelve a estar en el centro de una aguda polémica, esta vez con una parte de la comunidad científica que reaccionó con justificado enojo contra una nueva arbitrariedad del mandatario, habitualmente reñido con el mundo de las ideas y el pensamiento.  

Como todos los años se divulgó en el Gigante Sudamericano el listado de los escogidos para recibir la Orden Nacional al Mérito Científico, un importante galardón otorgado por el Estado para recompensar a las mentes más lúcidas y brillantes en ese campo.

Los nombres son escogidos por prestigiosas instituciones y luego son enviados de oficio para su aprobación a los Ministerios de Relaciones Exteriores, Educación, Ciencia y Tecnología.

En esta ocasión, sin embargo, cuando ya todo estaba listo, Bolsonaro emitió un sorpresivo decreto excluyendo dos nombres entre los seleccionados, Marcus Vinícius Guimaraes Lacerda y Adele Schwartz Benzaken, ambos del reconocido centro de investigaciones Fundación Oswaldo Cruz.

Se trata de un vulgar acto de venganza, de una procaz revancha impropia de un gobernante, o de cualquier persona que tenga un gramo de sentido común, decencia o dignidad.

Resulta ser que Guimaraes Lacerda fue uno de los primeros en el mundo en demostrar que la cloroquina no tiene ninguna eficacia en el tratamiento de la Covid-19, con lo que desmintió uno de los argumentos del presidente brasileño, que se ha declarado a favor de ese producto.

La doctora Schwartz Benzaken, especialista en SIDA, publicó una cartilla para dar orientaciones a la comunidad trans y homosexual, lo que le valió el odio de Bolsonaro, un confeso homófobo.

Foto: Lodi Valley News

Esta absurda represalia contra dos destacados académicos provocó que 21 de los galardonados emitieran una carta pública, donde renuncian a la distinción y critican la abierta hostilidad del mandatario hacia el sector científico.

Le señalan su política negacionista respecto a la pandemia, así como los  recortes al presupuesto destinado a ciencia y tecnología, del que este año sólo se liberó el 38 por ciento y para 2022 se reducirá a menos de la mitad.

Afirman de manera tajante que “el homenaje ofrecido por un gobierno que no sólo ignora la ciencia, sino que también boicotea activamente las recomendaciones de la epidemiología y de la salud colectiva no es coherente con nuestras trayectorias científicas.”

Es una lección de ética que Jair Bolsonaro sin duda será incapaz de comprender, como buen practicante que es de aquel concepto que dice. “si la realidad no concuerda con mis ideas, tanto peor para ella”.           



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