Gira imperial

Editado por Maite González
2022-07-18 07:25:38

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Imagen / Deia

Por: Guillermo Alvarado

El presidente de Estados Unidos, Joseph Biden, retornó a su país la víspera luego de una gira por el Oriente Medio, donde trató de reconstruir el papel hegemónico de su país en esa región, que evidentemente considera como parte fundamental de su patio trasero.

Fue un periplo destinado a consolidar la gestión de Israel como gendarme de Washington, socio estratégico o amigo íntimo, si este último concepto tiene algún significado para la Casa Blanca, cosa que la historia nos permite poner en duda habida cuenta del rosario de traiciones perpetradas por doquier.

A pesar de la crisis política que halló en Tel Aviv, con un gobierno provisional y mucha incertidumbre sobre el resultado de las próximas elecciones legislativas, Biden dio un espaldarazo a las ambiciones israelíes.

No es casual que pocas horas después, la fuerza aérea sionista bombardeó la Franja de Gaza, donde viven casi dos millones de palestinos, bloqueados por aire, mar y tierra situación de la que el presidente estadounidense no dijo nada.

El viaje continuó por Cisjordania y Arabia Saudita, e incluyó reuniones con los líderes del Consejo de Cooperación del Golfo, más Egipto e Irak. Riad fue un escalón incómodo, pero indispensable para Biden. Recordemos que durante su campaña electoral prometió tratar a ese país como “un paria” entre el conjunto de las naciones.

Las circunstancias, sin embargo, cambiaron mucho este año y Estados Unidos necesita con urgencia que los gobiernos de esa zona incrementen la producción de petróleo, y se sumen a las sanciones contra Rusia, objetivos complejos que no se lograrán sólo con una visita de procónsul.

De hecho, las palabras del príncipe saudita, Mohamed bin Salmán, hacia el jefe de la Casa Blanca fueron relativamente duras. Le recordó que no puede imponer sus “valores” a otros países del mundo, así como los gruesos errores cometidos en Irak y Afganistán, pueblos destrozados por la guerra.

En uno de sus discursos, Biden aseguró que “No nos alejaremos ni dejaremos un vacío para que lo llenen China, Rusia o Irán. Buscaremos consolidar este momento con un liderazgo estadounidense activo y de principios”.

Es obvia su ignorancia total sobre que el Oriente Medio está habitado por pueblos soberanos, que para bien o para mal son capaces de tomar sus propias decisiones, y donde no hay ningún tipo de vacío que llenar.

En realidad el periplo fue un síntoma de la angustia de Biden por la crisis energética que se aproxima, y que él mismo provocó con sus absurdas medidas contra Rusia, pero también por la proximidad de los comicios de medio término en su país, donde se juega su destino como gobernante.



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