Cuando la candela reta

Editado por Maite González
2022-11-16 07:11:37

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Por: Roberto Morejón

Los cubanos tienen razones para reafirmar ---como lo hacen esta semana--- respeto, admiración y gratitud hacia el Cuerpo de Bomberos, integrado por personas con arrojo, técnica y humanidad para vencer a las llamas y otras contingencias.

 Trescientos veintiséis años después del surgimiento del primer bombero en la otrora central provincia de Las Villas, los comandos de esos aguerridos hombres y mujeres prosiguen alertas el año completo.

 Mientras los demás trabajan, estudian o descansan, los bomberos cubanos –como los del resto del planeta-- aparentan ahuyentar el ocio en sus cuarteles, pero su oído está entrenado para ante la alarma, precipitarse sobre los vehículos de extinción de incendios.

 Con esa velocidad se lanzaron sobre sus medios rudimentarios, propios de la época, los bomberos que enfrentaron el incendio de grandes proporciones ocurrido en la Ferretería Isasi, en la Habana Vieja.

 Era la última década del siglo XIX y por sus causas y consecuencias, al perder la vida 38 personas, de ellas 25 bomberos, la deflagración pasó a la historia de La Habana y del país.

 Desafortunadamente, en 2022 dos accidentes de grandes proporciones requirieron otra vez en Cuba de la pronta y eficaz intervención del Cuerpo de bomberos, voluntarios y otro personal experto.

 En marzo último, varios equipos enfrentaron una pavorosa ignición en el habanero hotel Saratoga, desde donde una ola expansiva demolió la fachada de edificios colindantes y dañó una escuela y un teatro cercanos.

 El 5 de agosto se inició en la zona industrial de la occidental provincia de Matanzas un voraz incendio en depósitos de crudo.

 Una semana transcurrió desde el inicio de la combustión y de allí no se marcharon los integrantes del Cuerpo de Bomberos de varias provincias de la mayor de las Antillas, apoyados por Venezuela y México.

 La inmensa hoguera en Matanzas dejó 16 fallecidos y 146 lesionados, cuya suerte fue seguida por los cubanos a través de los medios de comunicación.

 Ellos también narraron cómo a pesar de que las explosiones hicieron saltar por el aire cuerpos y vehículos, las dotaciones de bomberos le hicieron frente, tratando por supuesto de conservar la vida.

 Los posteriores y merecidos homenajes a quienes en primera línea resistieron el avance de la combustión tanto en el hotel como en la base de supertanqueros, pusieron de relieve el conmovido agradecimiento de los cubanos.

 Esa profesión, en su variante de extinción del fuego, salvamentos o rescates, se empina como una de las más peligrosas del mundo y en no pocas ocasiones se corona con la proeza.



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