Desvaríos del poder

Editado por Maria Calvo
2025-01-31 11:08:53

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Marco Rubio asegura que Trump quiere comprar Groenlandia. Imagen:Youtube.El Universal

por Guillermo Alvarado

Acostumbrados un poco a los desvaríos y alucinaciones de poder del actual presidente de Estados Unidos, el irascible magnate Donald Trump, a veces cuesta un poco tomar en serio algunos propósitos suyos, como la compra de Groenlandia y la recuperación del Canal de Panamá.

Sin embargo, todo parece indicar que no se trata sólo del resultado de una mala noche de insomnio, o los efectos de una comida difícil de digerir, porque en realidad el gobernante y su equipo tienen el propósito de llevar a la práctica algunos propósitos, acostumbrados a que en su mundo todo tiene un precio.

Así, pues, el secretario norteamericano de Estado, Marco Rubio, quien ya ha mentido en otras ocasiones, ratificó que Trump va en serio en cuanto a la compra de Groenlandia, a pesar de que los habitantes de la Isla y Dinamarca, bajo cuya soberanía se encuentra, dijeron tajantemente que no.

El primer ministro de Groenlandia, Mute Egede, favorable a la independencia de ese territorio, dijo en repetidas ocasiones que corresponde a sus habitantes decidir su futuro, y eso no pasa por convertirse en colonia estadounidense.

Para Washington eso es como escuchar la lluvia y no mojarse y Rubio reiteró que para su patrón ese asunto no es una broma.

Estados Unidos quiere comprar Groenlandia y no se descarta en absoluto la coacción militar para adquirirla, dijo el jefe de la diplomacia de la potencia norteña, haciendo gala de su autosuficiencia.

“No se trata de adquirir tierras por adquirirlas. Esto es de interés nacional y hay que resolverlo”, precisó.

Pero no es el único caso, pues el mismo Trump puso de manifiesto su retorcido pensamiento cuando, sin ninguna prueba para respaldarlo, señaló que algún imaginario operador de tráfico aéreo perteneciente a las diversidades étnicas, sería el culpable del accidente aéreo reciente.

Al presidente de Estados Unidos no le importa la magnitud de la tragedia, el dolor de las familias de las 67 víctimas que dejó el choque de un avión de pasajeros con un helicóptero militar, ni ninguna consideración humanitaria respecto al doloroso incidente.

Su primera reacción fue culpar a los gobiernos de Barack Obama y Joseph Biden por haber, supuestamente, privilegiado la integración racial por encima de la eficiencia, como si sólo el personal blanco fuese capaz de realizar las tareas de dirigir el tráfico aéreo.

Oscuro porvenir para un país que se formó a partir de un crisol de razas, al cual no escapa el mismo Trump, su esposa y sus hijos, todos vinculados a la inmigración, igual que su flamante secretario de Estado.



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