Visitará Papa Francisco a un México agobiado por la violencia

Editado por Maite González Martínez
2016-02-10 08:44:54

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Por: Guillermo Alvarado

El papa Francisco realizará del 12 al 17 de febrero su primera visita a México, y la séptima de un máximo jerarca de la iglesia católica al país que representa el segundo del planeta por el número de creyentes de esa religión, sólo por detrás de Brasil.

Existe una enorme expectativa por este viaje, en primer lugar por tratarse del primer sumo pontífice de origen latinoamericano y, en segundo término, por la huella dejada allí por sus predecesores, de manera particular por Juan Pablo II, quien estuvo de visita en cinco ocasiones y recibió de los mexicanos el apelativo de “papa amigo”.

Será esta, además, la primera ocasión en que el jefe del Estado Vaticano será recibido oficialmente en el palacio de gobierno por el actual presidente Enrique Peña Nieto, una distinción singular porque en esa nación existe una estricta separación entre los poderes públicos y la iglesia.

No hay que olvidar que México fue sacudido por un sangriento conflicto armado por motivos religiosos entre 1926 y 1929, la denominada “guerra de los cristeros”, que abarcó numerosos estados, entre ellos Jalisco, Michoacán, Durango, Guanajuato y Zacatecas, y causó, según diversas fuentes, entre 100 mil y 250 mil muertos y cifras similares de desplazados.

El enfrentamiento se desató debido a los cambios en la Constitución tras la Revolución Mexicana, que separaron al Estado de la iglesia, prohibieron las manifestaciones religiosas públicas y se vedó a las congregaciones el derecho a tener propiedades.

Tras el conflicto se pactó lo que se conoce en el país como el “modus vivendi”, una especie de separación equilibrada entre lo público y lo religioso y de allí la importancia del gesto de Peña Nieto, que recibirá a Francisco en la sede del ejecutivo.

El jefe de la iglesia católica conocerá un pueblo impactado por elevados índices de violencia que han dejado decenas de miles de muertos y desaparecidos en las últimas décadas. Entre los crímenes de alto impacto figuran el secuestro de 43 estudiantes del poblado de Ayotzinapa, en el estado de Guerrero, un delito aún no resuelto, y el asesinato esta semana de la periodista Anabel Flores Salazar, sustraída el lunes de su hogar en un municipio de Veracrúz por hombres armados y cuyo cadáver fue descubierto un día después.

La violencia, por encima de la pobreza y otros males, es la principal preocupación de la sociedad mexicana y Francisco tendrá la oportunidad de palpar el impacto de este azote entre la población durante su recorrido por el país.

Un momento de singular importancia será la visita en la ciudad de San Cristobal de las Casas, cercana a la frontera con Guatemala, a la tumba del obispo Samuel Ruiz, un férreo defensor de los derechos de las poblaciones indígenas y de los más pobres entre su congregación, que lo llevó incluso a enfrentarse a la jerarquía eclesiástica del país y a las autoridades políticas y las fuerzas de seguridad.

Será una visita valiosa, que estará precedida por otro evento de extraordinaria importancia: el encuentro en La Habana con el Patriarca Kiril, de la iglesia ortodoxa rusa, que representará un mensaje de paz, de concordia y de entendimiento a todo el mundo.



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