Dupla de Sergio-Nivaldo por un lugar en el "top ten" en 2017

Editado por Raúl Rodríguez
2016-10-16 11:06:27

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La Habana, Sin haber ganado medallas, la pareja de voleibol de playa integrada por Sergio González y Nivaldo Díaz se robó, en buen cubano, parte del show de nuestra delegación en los últimos Juegos Olímpicos.

El quinto puesto entre duplas de tanta alcurnia no fue un milagro. Que apenas compitieran en el circuito Norceca, de espaldas a los más encumbrados torneos de este deporte, no les restó fuerza a sus remates, ni altura a su bloqueo.

Pero Leonides Regüeiferos, al frente del colectivo técnico de la preselección masculina, sabe que lo más difícil viene ahora: ascender en el ranking y sostenerse en la élite.

Es mediodía y sobre la arena de la cancha de la Escuela Nacional de Voleibol, en La Habana, se puede freír un huevo. A uno y otro lado de la red, los jugadores sacan, defienden, vuelven a saltar, rematan…

Quien no los haya visto entrenar, podría pensar, por la ropa empapada, que estaban dándose una ducha. El entrenador solo «abandona» el juego para dialogar con JR.

¿Cómo valora el estado actual del voleibol de playa en Cuba?

Goza de buena salud, lo que nos permite hacer una proyección encaminada a varios objetivos. Por lo pronto, aspiramos a insertar a las primeras figuras en el tour mundial de la próxima temporada y mantener al resto de la preselección en el circuito Norceca.

Estratégicamente, seguir compitiendo en las paradas del certamen de nuestra confederación nos garantiza el desarrollo de jugadores noveles y además obtener cupos para los campeonatos del mundo y los venideros Juegos Olímpicos. Nuestro propósito es llevar dos parejas a Tokio en 2020; que una obtenga su boleto por el escalafón mundial y que la otra lo gane en el clasificatorio de Norceca.

Después de varios años de ausencia, volverán, al fin, al circuito mundial.

Sí, es un premio a los resultados en Río de Janeiro y al trabajo integral de nuestro deporte. Pero debemos aclarar que eso implica un engranaje complejo. Estamos haciendo énfasis con Sergio y Nivaldo en qué cosa es ese nivel de competencia. Ahí no se va a jugar solamente, sino a tener un buen desempeño para ascender en el ranking y obtener beneficios económicos.

Hay que ser rentables, lo que quiere decir ubicarse en una posición que deje ganancias, de lo contrario resulta difícil sostenerse en un campeonato que tiene carácter comercial.

Nosotros nos encontramos ahora en una posición rezagada en el listado del orbe, pero empieza un cuatrienio y varias duplas de la élite se desintegraron, se estrenan algunas y otras se articularon en 2015, o sea, que son muy jóvenes como equipo.

Concretamente, ¿a cuántas paradas del tour mundial prevén asistir?

De acuerdo con las posibilidades económicas, estamos abogando por participar en ocho fases, incluyendo el mundial del próximo año en Austria, que aportará puntuación doble. Estamos a la espera de que salga el calendario de la venidera temporada para seleccionar a dónde iremos.

¿En qué aspectos están basando la preparación?

Estamos insistiendo en la corrección de las deficiencias detectadas durante los Juegos Olímpicos, fortaleciendo el trabajo de equipo, la preparación física y el componente táctico.

Yo estoy en desacuerdo con quienes dicen que hay que ir a las competencias para elevar el nivel; mi filosofía es otra, a los torneos se va a exhibir la calidad, a demostrar lo que se aprende en los entrenamientos.

Pero nada de eso es posible sin una gran disciplina. A veces surgen dificultades por no interpretar bien estos conceptos. Estamos elevando la exigencia para llevar a Cuba a un puesto entre los mejores diez del ranking del mundo. Talento y condiciones hay.

Lo sucedido en los Juegos Olímpicos fue espectacular. ¿Le sorprendió el quinto lugar?

En cada competencia hay un equipo que sorprende, y en Río de Janeiro fue el de nosotros. Lamento que se nos haya ido el juego contra Rusia en los cuartos de final. Cuando tú dejas de hacer algo, te lo hacen. Y eso nos sucedió esa noche cuando estábamos a punto de ganar.

Después, el juego terminó de una manera inesperada. Pudimos haber sido semifinalistas, y te digo más, pudimos haber subido al podio.

En esos detalles estamos enfocados para que no se repitan. Nivaldo está trabajando fuerte para mejorar en el contrataque y saber definir esos puntos.

¿Cree que la falta de roce con la élite influyó en el duelo con los rusos?

No, no creo que haya sido eso. Te doy mi criterio, eso se educa, se logra aquí en la preparación diaria. La unidad de entrenamiento es la base de lo que luego harás en una competición.

El primer partido fue más electrizante. Jugamos contra Brasil, teníamos 14 000 espectadores en contra y pudimos ganarle en tie break. Sergio y Nivaldo supieron superar en esa jornada la presión de su debut en Juegos Olímpicos. Durante todo el torneo mantuvieron la calma, la profesionalidad, por eso digo que el último partido se nos fue en el aspecto táctico. En los lances finales insistieron en la potencia y debieron apelar a otros recursos, por ejemplo, tirar una finta.

De manera general, nos ganamos a la afición brasileña con nuestro juego, con modestia. Dimos buen espectáculo. Demostramos que en Cuba se juega buen voleibol de playa y que el noveno lugar del Campeonato Mundial pasado no fue casual tampoco.

Ahora vendrán también invitaciones, propuestas para competencias selectas…

Este mes íbamos a participar en una cuadrangular en Brasil, donde efectuaríamos 30 partidos de alto nivel, pero no se concretó la iniciativa por problemas con los patrocinadores. En Estados Unidos están interesados en que juguemos en su circuito nacional, que es de mucha calidad.

Tan o más difícil que llegar, es mantenerse, y eso requiere de un desarrollo integral en todas las categorías. ¿Qué percepción tiene del trabajo en la base?

En Cuba solo se practica este deporte sistemáticamente en tres plazas: aquí en La Habana, en Santiago de Cuba y en Ciego de Ávila. Yo insisto en que hay que jugar más, no solo las fases del circuito nacional. Nuestro país está rodeado de agua y la indumentaria que se requiere es sencilla. En ese proyecto deben involucrarse el Inder, los comisionados provinciales, la UJC y el Mintur, entre otros organismos. Si queremos mayor desarrollo, hay que pensar en grande. La Habana celebra el torneo Rey de la playa, una experiencia que valdría la pena extender a otros territorios.

También es necesario capacitar más a los técnicos de la base para que dispongan de herramientas metodológicas. Hay atletas jóvenes con la estatura adecuada que insisten en la modalidad de sala, sus equipos no tienen resultados y quizá hubieran tenido mejor suerte en el voleibol de playa».

¿Y cómo son las condiciones en la Escuela Nacional de Voleibol?

La arena es similar a la que se emplea en las mejores instalaciones del mundo. La remodelación de la cancha en 2010 ha permitido disminuir las lesiones en los atletas; ahora la profundidad y el drenaje son buenos. La Federación Cubana está pendiente de nosotros y tenemos asegurada la indumentaria, los balones y otros recursos. Solo nos queda trabajar. El “top ten”, repito, no es un sueño.

CIRCUITO MUNDIAL DE VOLEIBOL DE PLAYA (FIVB)

El Circuito Mundial de Voleibol de playa de la FIVB (en inglés, y oficialmente, FIVB Beach Volleyball World Tour) es un campeonato profesional organizado por la Federación Internacional de Voleibol (FIVB), que consta de cerca de 20 fases, las cuales se juegan en diferentes países. Se celebra desde 1987, entre los meses de mayo y diciembre y acuden las mejores parejas de cada temporada.

PRESELECCIÓN NACIONAL MASCULINA:

Sergio González (26 años, Holguín)-Nivaldo Díaz (22, Habana)

Karell Peña (28, Ciego de Ávila)-Daisel Quesada (21, Ciego de Ávila)

Yendry Castillo (22, Granma)-Leosbel Méndez (21, Pinar del Río)

José Luis Aguilera (23, Santiago de Cuba)-Luis Enrique Reyes (17, Matanzas)

Por Norland Rosendo (Tomado de Juventud Rebelde)

 



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