Villavicencio a 30 años de su excarcelación (+Foto)

Editado por Lorena Viñas Rodríguez
2018-09-02 17:45:40

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Foto: Periódico Trabajadores.

Por: Richard Ruíz Julién

Addis Abeba, 2 sep (RHC) Aquí nos quedamos si no liberan también al cubano, fue el reclamo de los prisioneros etíopes que compartieron con Orlando Cardoso Villavicencio años de cárcel, a los que él mismo llamó un ''reto a la soledad''.

La estrella que lleva en su uniforme lo identifica como Héroe de la República de Cuba, un título que Villavicencio, en su propia opinión, nunca imaginó merecer, ni siquiera cuando en la oscura y húmeda celda de Lanta Buur, Somalia, donde permaneció casi 11 años, soñaba despierto y dormido con el día en que regresaría a la Patria, a los suyos.

Algunos de los que vivieron junto a él aquella etapa celebraron en el parque de la solidaridad Cuba-Etiopía el 30 aniversario de la histórica excarcelación.

Más de 400 se agruparon en una céntrica plaza capitalina que se ha convertido en el epicentro de la amistad que une a la isla caribeña y a ese país del denominado cuerno africano.

Allí, bajo el tenue sol del invierno etíope, rememoraron pasajes de la grandiosa hazaña y homenajearon a un hombre que se convirtió en su ídolo.

"Algunos me preguntan qué sentí el día que recobré la libertad, cuando llegué a Cuba o cuando el Comandante en Jefe me impuso el título de Héroe de la República", rememoró en cierta ocasión Villavicencio, quien no pudo estar en la velada, pero transmitió a través del primer secretario de la Embajada de La Habana, German Acosta, un mensaje de recordación y gratitud a sus compañeros.

"Todos piensan en una respuesta de euforia, de alegría. Recuerdo que en la cárcel leí un libro de Dostoievski. Relata que sufrió 10 años de trabajos forzados en Siberia y sostiene que no sintió nada cuando salió de aquel presidio".

"Yo en la celda no lo entendía. Pero me pasó absolutamente lo mismo. Sufría mucho por ello, consideraba que era una injusticia mía no poder abrirme al mundo nuevo de cariño, amistades, luego de casi 11 años incomunicado".

En el texto leído por Acosta durante el acto, el ahora coronel de las Fuerzas Armadas Revolucionarias subrayó que el ser humano crea mecanismos psicológicos para protegerse.

"Los primero años fueron horribles, la soledad, la carencia total de bienes materiales, las torturas a apenas tres metros de la celda. Todo eso me hacía mucho daño y psicológicamente estaba destruido. Pero poco a poco, a través del tiempo, mi organismo fue creando mecanismos de defensa basados esencialmente en la indiferencia".

Cuando recibió la esperada libertad, según cuenta, primero estuvo en Etiopía, donde hubo un periodo de adaptación artificial.

"Tuve mis crisis, pero el equipo que estuvo a mi cargo me dispensó una atención esmerada, entre ellos médicos, psiquiatras, altos oficiales".

Luego se encontró con su madre en el aeropuerto, el 30 de agosto de 1988, un día antes de su cumpleaños.

"Fue una carga emotiva tremenda, nos abrazamos, lloré mi poco, pero con una rapidez increíble; como avergonzada por haberse abierto, la muralla se volvió a alzar. Yo hacía un esfuerzo por emocionarme, pero no podía".

El sueño de su vida es reunirme con dos personas que significaron mucho en aquellos períodos de encarcelamiento. Una es Cornelia, una suiza delegada del Comité Internacional de la Cruz Roja, y el otro es Assegid, un etíope, que estuvo todos esos años prisionero en Lanta Buur, y con quien se comunicaba mediante mensajes clandestinos, aseguró una vez.

Desafortunadamente, cuando regrese a esta nación el próximo mes para participar en las actividades por el 40 aniversario del inicio del programa de becas de estudio entre La Habana y Addis Abeba, no podrá ver a su entrañable camarada: Assegid murió hace ya algunos años.

Villavicencio fue parte de los casi 18 mil combatientes cubanos que llegaron por solicitud del gobierno de Etiopía, que enfrentaba en la década de 1970 la invasión de Somalia.

Los reunidos en el acto esta jornada, con camisetas que llevaban impresas fotografías del héroe y de Assegid, rindieron tributo también a los 163 que derramaron su sangre en estas tierras y al líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro.

El presidente del Comité Organizador del 40 aniversario del plan de estudios, Yibra Mehari, manifestó: "Téngase en cuenta, para mayor mérito, que la hazaña del pueblo hermano acá el único botín de guerra que llevó de vuelta fueron sus caídos en combate". (Fuente:PL)

Foto: PL.

 



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