Medio año de devastación

Editado por Maite González Martínez
2020-06-10 07:39:40

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Por: Guillermo Alvarado

Han transcurrido ya prácticamente seis meses desde la aparición de los primeros casos de la neumonía asociada a un coronavirus hasta entonces desconocido, identificado más tarde como SARS-CoV-2, causante de una de las crisis sanitarias globales más graves de la historia moderna.

Por su alta capacidad de contagio, el virus que provoca la Covid-19 recorrió en poco tiempo las cuatro esquinas del planeta y planteó un reto a sociedades que, salvo excepciones, dedicaban sus esfuerzos a obtener ganancias más que a la investigación científica y el bienestar de la población.

Si bien la Organización Mundial de la Salud, OMS, emitió desde el 30 de enero la advertencia de un riesgo de salud pública de interés internacional, hubo países, como Estados Unidos, que ignoraron la señal de alarma y siguieron viviendo como si fuesen inmunes a la enfermedad.

En la Unión Europea no se atendió la gravedad del asunto, sino hasta que los pacientes comenzaron a inundar los hospitales, situación similar a lo ocurrido en América Latina.

Todo esto llevó a que, en apenas medio año, siete millones de personas hayan adquirido la Covid-19 en todo el mundo y cerca de 400 mil perdieron la vida de acuerdo con los registros más recientes.

Fue esta semana que Nueva Zelanda se declaró como la primera nación libre del virus y suspendió todas las restricciones impuestas hace tres meses para cortar la cadena de contagios. Es pronto, sin embargo, para saber si logrará mantenerse en esa situación en medio de un mundo contaminado.

El director de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus advirtió hace pocas horas que si bien hay regiones donde se ha logrado una remisión de los casos, como en la Unión Europea y Rusia, hay otras partes donde la pandemia se está agravando, notoriamente en el continente americano y Asia del sur.

Los números así lo indican. En Estados Unidos y Canadá hay dos millones 57 mil 429 casos y 118 mil 900 fallecidos; América Latina y el Caribe suman un millón 360 mil 947 enfermos y  67 mil 114  muertos; Asia tiene 712 mil 938  contagiados y han perecido 19 mil 996 personas.

A las cuantiosas pérdidas humanas deben sumarse los daños sufridos en la economía, que pueden empujar de 70 a cien millones de habitantes a la extrema pobreza, según estimaciones del Banco Mundial.

Si bien los daños son globales, la mayor parte de esa gente vive en países de escasos recursos y débiles instituciones, incapaces de ofrecerles protección ante esta adversidad.

Si nuestra especie aprende algo de esta crisis, aún está por verse, aunque la advertencia es seria y ya está claro que no se trata de un juego.



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