Cuba: Construir con la arcilla de la sensibilidad

Editado por Bárbara Gómez
2021-05-06 20:59:26

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Yanetsy (en el centro de la gráfica, junto a sus hijos) agradece a la Revolución contar con una casa, que hace la vida digna para su familia. Foto: Freddy Pérez.

Aunque ya han transcurrido algunos meses desde que les entregaron las llaves de su nuevo hogar a la granmense Dayamí Abad y a las villaclareñas Yanetsy Acosta y Yaquelín Pérez, aún se les quiebra la voz cuando hablan de sus «casitas».

Dayamí, madre de cuatro hijos, de los cuales tres son menores de edad y viven bajo su tutela, asegura que la vida le dio un vuelco de 180 grados tras recibir un subsidio para dignificar y ampliar el pequeño cuarto que habitaba junto a su numerosa familia.

«Soy auxiliar de limpieza en el Mercado Ideal de Siboney y, antes de la Tarea Ordenamiento, solo ganaba 225 pesos. Con ese salario y el de mi esposo nunca hubiéramos podido construir una casa como esta, de mampostería y placa», reconoce la madre, mientras enseña orgullosa el inmueble de dos plantas.

Similar satisfacción muestran Yanetsy y Yaquelín, a quienes el «destino les sonrió» el 29 de diciembre del pasado año, cuando por fin pudieron contar con una vivienda de tres cuartos, sala, cocina-comedor, baño y un pequeño patio, en la que pueden mantener, sin preocupación alguna, a su numerosa prole.

Yanetsy, por ejemplo, tiene cuatro niños, y el menor es portador de una parálisis cerebral. «Yo vivía agregada en casa de mi papá, sin condiciones de ningún tipo para estar allí; pero gracias al interés de las autoridades del municipio de Santa Clara ahora tengo mi casa, en la que me siento muy a gusto».

Yaquelín, por su parte, es madre de tres pequeños. Sandor, el menor, de seis años, es autista y presenta también una afectación cerebral. «Mi vida era un calvario antes de recibir esta vivienda. Imagínese, vivía en un espacio muy pequeño para tantas personas. Ahora no, pues me dieron una casa con todas las de la ley. Nunca tendré cómo pagar lo que ha hecho por mí la Revolución», dice agradecida.

Estas tres mujeres forman parte de las 5 735 que, a lo largo y ancho de todo el país, han sido beneficiadas desde 2019 con el programa de subsidios destinado a las madres con tres o más hijos menores de 17 años, el cual, además de ser muy humano, resulta necesario para estimular el incremento de la natalidad en Cuba, hoy a la cabeza de los países con mayor índice de personas de la tercera edad en América Latina y el Caribe.

Por esas razones, luego de dos años en marcha, la concreción de esta medida no ha dejado de ser una prioridad para el Gobierno cubano, a pesar de las complejidades que afronta la economía nacional, exacerbadas por la crisis global, derivada de la pandemia de la covid-19 y el recrudecimiento del bloqueo económico de Estados Unidos.

Sin embargo, más allá de los ingentes esfuerzos, no son pocos los tropiezos afrontados en su materialización. De hecho, en los chequeos sistemáticos del tema, el Primer Secretario del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel, ha insistido en la celeridad con la que deben tramitarse estos casos, y el seguimiento que precisan hasta la terminación de la obra, pues la realidad ha demostrado que, en muchos lugares, ha existido lentitud en la ejecución del financiamiento asignado.

Confortables viviendas han sido construidas en Villa Clara para las madres con tres o más hijos. Foto: Freddy Pérez Cabrera

DE CIFRAS, REALIDADES Y TROPIEZOS

Aunque el programa inició en 2019, no fue hasta el 18 de febrero del año en curso que se aprobó el Acuerdo 9009, del Consejo de Ministros, con el objetivo de estimular la natalidad, mediante el cual se faculta a los consejos de administración municipales a priorizar la asignación de viviendas y recursos financieros para la construcción, rehabilitación, ampliación o remodelación de viviendas para las madres, padres o tutores que tengan bajo su guarda o cuidado tres o más hijos menores de 17 años.         

Si bien la directora general de la Vivienda, Vivian Rodríguez Salazar, solo pudo ofrecer al diario Granma algunas estadísticas sobre el comportamiento del programa, bastan para ilustrar lo mucho que falta por hacer en este noble empeño de construir techos... y sueños.

Por territorios, los que mostraron las menores terminaciones en 2020 fueron Isla de la Juventud (11), Matanzas (26), Artemisa (34) y Granma (38).

Mientras, los avances más significativos se concentran en Holguín (339), Santiago de Cuba (296), Guantánamo (293), Pinar del Río (239), Villa Clara (133) y Sancti Spíritus (116).

URGE, ADEMÁS DE RECURSOS, SENSIBILIDAD

A pesar del negativo impacto ocasionado por la COVID-19 en el país, la de Dayamí Abad fue una de las 26 casas concluidas el pasado año en la oriental provincia de Granma, mediante la entrega de subsidios, a las que se sumaron otras 14, otorgadas por el plan estatal, diez menos que las planificadas en el programa.

Yesser Izaguirre, director de la Vivienda en la provincia, dijo que al cierre de 2020 se habían identificado en el territorio 4 821 madres con tres o más hijos, de las cuales 3 846 requieren de acciones constructivas en sus inmuebles.

«Los municipios que más avanzaron el pasado año fueron Pilón, con siete viviendas entregadas, y Buey Arriba, con nueve subsidios, mientras que el costero territorio de Media Luna fue el más rezagado, al no concretar ninguna acción», precisó el directivo.

Entre las causas de dicho atraso figuran la poca disponibilidad de recursos como el acero, las luminarias, los juegos de baño y el cemento, además de demoras en la producción local de materiales, explicó Michel Tejeda, coordinador de Objetivos y Programas del Gobierno en Granma, quien sumó a esas problemáticas las limitaciones con el combustible y la energía eléctrica, asuntos que afectaron la producción de áridos en el territorio.

A la par de esos contratiempos, el directivo reconoció que también hubo problemas de organización, incluidas fisuras en el seguimiento del área técnica de la Vivienda a estos casos, así como incumplimientos en la producción local de materiales, donde pudo emplearse mejor la tecnología y la ciencia.

A su juicio, pudo aprovecharse más la arcilla en función de los elementos de módulos y utilizarse otras variantes para modificar los proyectos.

En 2021, año en el que están planificadas 58 viviendas para madres con tres o más hijos, tal propósito sigue siendo un desafío que demanda un chequeo sistemático, si se quiere dar un vuelco radical al programa.

En el caso de Villa Clara, la situación no es diferente, según refirió María del Carmen González Otero, directora de la Vivienda en el territorio, quien comentó que en la provincia existen 1 827 madres, con tres o más hijos, que tienen necesidades constructivas, a quienes se les busca alguna solución, ya sea a través de la entrega de subsidios para la fabricación de células básicas habitacionales y las rehabilitaciones, o mediante la construcción de viviendas por la vía estatal.

Al inicio del programa, en 2019, Villa Clara atendió a más de 132 madres previstas; pero, como en todo el país, también hemos tenido tropiezos, acotó la directiva.

El pasado año, por ejemplo, se planificó solucionar los problemas constructivos de 345 madres, 35 por la vía estatal y el resto mediante los subsidios, cifra que, por diversas razones, quedó en 264.

Con total transparencia, los números reflejan que, en dos años, de las 1 827 madres identificadas con una situación desfavorable, solo 374 recibieron subsidios, y otras 61 viviendas por la vía estatal, lo que demuestra cuánto impulso debe imprimírsele todavía a este programa, pues detrás de cada demora, algunas veces por falta de recursos y otras por burocratismo o dejadez, hay una familia que espera.

Para cumplir la meta prevista para este año, de atender 372 madres villaclareñas, urge aquí, y en Cuba toda, desterrar trabas enquistadas en cualquier trámite de vivienda y, sobre todo, armarse, en particular las autoridades locales, de mucha sensibilidad y sistematicidad en el control del programa, uno de los más humanos que lleva adelante el país. (Tomado de Granma).



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