La trova en las Romerías de Mayo: Diálogo, tradición y nuevos acordes

Editado por María Candela
2025-05-07 22:43:37

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Fotos: Yudit Almeida

Por:Yudit Almeida Pérez*

Holguín, 7 may (RHC) Entre las calles rectas y uniformes la ciudad de los parques, la trova cubana encuentra su espacio. No como un simple acompañamiento, sino como protagonista. 

La XXXII edición de las Romerías de Mayo, festival que desde 1994 agrupa a jóvenes artistas de todas las disciplinas, confirmaron este año que el género trova –esa mezcla de poesía, guitarra y rebeldía– sigue siendo uno de sus ejes. Pero no como reliquia, sino como un diálogo vivo entre voces consagradas y emergentes.  

El Rincón de Romerías, un lugar íntimo donde el público se sienta a escuchar historias tanto como canciones, fue testigo de uno de los momentos más emotivos. Destrabando la Trova, el espacio que por años condujo el fallecido trovador Eduardo Sosa, regresó. Esta vez, bajo la batuta de Fernando Cabreja, el Cacique de la Trova", quien asumió el reto con un pie en la tradición y otro en la modernidad.  

"Esto no es un concierto, es una conversación con música", aclaró Cabreja ante un público que coreaba versos de Geraldo Alfonso, invitado de la primera tarde Romera. Las canciones, entre acordes y anécdotas, fluyeron sin prisa. No se trata solo de cantar, sino de descifrar qué hace que la trova se escuche aún en generaciones que nacieron con el reguetón en los oídos.  

Mientras, en la Casa de la Trova, otro formato demostraba que el género no es cosa del pasado.Quiero una canción, otro espacio de Romerías convierte el escenario en una descarga colectiva: artistas y espectadores comparten micrófonos, pidiendo temas clásicos o estrenando propuestas. Ahí, nombres como Nelson Valdés o Edelys Loyola se mezclaron con rostros nuevos como Edelita Cabreja y Amauris del Río, en un intercambio donde el aplauso no esperaba al final, sino que interrumpía en medio de los versos.  

Las Romerías de Mayo, más que un festival, son un termómetro. Y este año dejaron claro que la trova no sobrevive por nostalgia, sino porque reinventa su lenguaje sin perder su esencia. Espacios como Destrabando la Trova o Quiero una canción, no son simples eventos de Romerías: son laboratorios donde se prueba que el género puede ser a la vez memoria y futuro.  

Mientras Holguín se llena de arte callejero, teatro experimental y debates sobre la industria cultural, la trova –esa que algunos daban por estancada– recordó que su fuerza está en lo mismo que la define desde sus orígenes: la palabra justa, la melodía que se clava, y la complicidad de quien la escucha.



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