¡Así era Guillermito! (+Foto)

Editado por Martha Ríos
2022-10-26 17:16:08

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Guillermito dejó una ola de simpatía que lo convirtió en el ajedrecista más carismático
de Cuba. Foto: Vanguardia

Por Osvaldo Rojas Garay

Me resulta difícil pasar por alto un aniversario relacionado con Guillermito García González (1953-1990), el primer Gran Maestro de la central provincia de Villa Clara y uno de los cinco trebejistas más sobresalientes de todos los tiempos en Cuba.

Encabeza el quinteto, José Raúl Capablanca y Graupera, tercer campeón mundial de ajedrez reconocido por la FIDE, Federación Internacional de Ajedrez, Leinier Domínguez Pérez, Lázaro Bruzón Batista y Jesús Nogueira Santiago.

Más que hablar de su brillante trayectoria, quiero detenerme en la parte humana del destacado exponente del llamado deporte-mente al cumplirse este miércoles 32 años del fatal accidente que le costó la vida, el 26 de octubre de 1990.

Guille dejó una ola de simpatía que lo convirtió en el ajedrecista más carismático en la mayor isla de Las Antillas, prueba de ello es que en 1985 resultó el trebejista más popular de Cuba en la encuesta realizada por la ya inexistente revista Opina.

Recuerdo que en las honras fúnebres, Jesús Nogueira, su gran adversario en la década de los 80, en declaraciones a este redactor afirmó: “Guillermito es una de esas personas que al marcharse de la vida dejan muchos amigos. Por su humildad, por su carisma, por el don que poseía de tener siempre una sonrisa para todo el mundo”.

En la Olimpiada efectuada en Salónica, en 1984, fue designado para defender el primer tablero del equipo criollo, pero renunció sentarse en la silla principal, cediéndole ese puesto a Nogueira.

Luego, en 1985, ayudó al nativo de la villaclareña ciudad de Remedios en la preparación para el Interzonal de Taxco, en México, donde su comprovinciano alcanzó el boleto para el Torneo de Candidatos a la corona mundial.

Foto tomada de vanguardia.cu

Durante su paso fugaz, el pasado mes de mayo, por Santa Clara, urbe distante 268 kilómetros al este de La Habana, tuve la oportunidad de entrevistar a Leontxo García, una de las personas más prestigiosas en el mundo del periodismo que se ocupa del ajedrez.

Al preguntarle si había conocido a Guillermito, me confesó: “Coincidí en varias ocasiones con él, sobre todo, entre 1982 y 1988. Fui uno de los que estaban en el Open de New York, en el que realizó una gran actuación, al terminar en el segundo lugar, y lo privaron de los 10 000 dólares que le correspondían”.

Luego agregó: “Guillermito era una persona muy buena, carismática. Era una simbiosis del talento con la escuela cubana de ajedrez, era un genio. Su muerte me conmovió mucho”.

Una anécdota que he relatado varias veces, y es imposible excluir cuando se habla de la parte humana de Guille, es su gesto con el MI, Maestro Internacional, Luis Sieiro, en el Torneo Internacional Cauto 1982, que se desarrolló en el municipio de Palma Soriano, en la oriental provincia de Santiago de Cuba.

Me contó el mejor ajedrecista de la ciudad de Placetas (Villa Clara) que la partida con el primer Gran Maestro villaclareño en el mencionado certamen tiene un gran valor sentimental para él.

“El día anterior de jugarse la última ronda, mientras estábamos comiendo, Guillermito me preguntó: ¿Qué te hace falta para conseguir la norma de Maestro Internacional? En ese momento estábamos empatados en primer lugar Nogueira y yo, con el Guille a medio punto en tercero.

“Mi respuesta fue que me faltaba medio punto. De inmediato me dijo: ¡Pues ya hiciste la norma porque vamos a hacer tablas! Le contesté: ‘Si haces tablas conmigo pierdes la posibilidad de ganar el torneo’. Rápidamente ripostó, ‘tu norma es más importante para mí que obtener el primer lugar’. ¡Así era Guillermito!”. (Tomado de vanguardia.cu)



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