Promueven en Viñales técnica antigua y económica para la construcción de viviendas

Editado por Maria Calvo
2023-02-16 10:27:04

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Técnica antigua de construcción

Pinar del Río, 16 feb (RHC) En septiembre de 2022, mientras seguía con tristeza por la televisión el paso devastador del huracán Ian por Pinar del Río, Julieta Balbona no pensó que cuatro meses después estaría acá para hacer su tesis de grado, ayudando a la recuperación.

De pie, sobre un andamio, desde el cual va conformando, pieza por pieza, la primera vivienda con techo de bóveda catalana del municipio de Viñales, explica que se trata de una técnica muy antigua, con la virtud de que no requiere acero.

Por ello, espera que esta experiencia sirva de motivación en una provincia que suma, a causa de los huracanes, más de 12 800 derrumbes totales pendientes de solución.

Julieta es estudiante de segundo año de la Escuela Taller Gaspar Melchor de Jovellanos, de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana (OHCH), y forma parte del equipo de trabajo que hace varias semanas llegó hasta la zona de El Calvario, para levantar esta llamativa vivienda.

Antonio Luis Mena, subdirector de la Oficina del Conservador del Valle de Viñales, explica que la idea partió de la Red de oficinas del historiador y del conservador de las ciudades patrimoniales de Cuba, tras el impacto de Ian, con el propósito de apoyar la recuperación.

«Este es un ejercicio para demostrar que se pueden hacer muchas cosas con los recursos locales, como el barro», señala Mena.

El reconocido arquitecto y profesor de la Escuela Taller, Juan Carlos Pérez Botello, recuerda que desde el año 2000, por iniciativa del doctor Eusebio Leal Spengler, la OHCH retomó esta técnica que en nuestro país se había perdido.

Como parte de un proyecto de cooperación con la Junta de Extremadura, se realizó un curso de capacitación que incluyó acciones en Cuba y en España, y desde entonces se ha estado empleando en un sinnúmero de edificaciones.

«En la Iglesia Ortodoxa Rusa, en la Griega, en muchas escaleras y cúpulas, se ha utilizado este sistema», asegura Botello.

En el caso de la nueva vivienda de Viñales, comenta que es un proyecto que comenzó el ingeniero Pedro Rodríguez, al que se le realizaron algunas adaptaciones, de acuerdo con las características de la zona y los materiales de que se disponía.

A grandes rasgos, es una obra levantada a base de ladrillos, con una cubierta en forma de bóveda, compuesta por dos capas de lozas de barro. La primera de ellas fijada con yeso, y la segunda con cemento, cal y arena.

Cuentan que, al principio, muchos vecinos la miraban con escepticismo y no faltaron los que auguraron que más temprano que tarde se desplomaría. Pero a medida que avanzan los días, ese criterio ha ido cambiando.

Botello considera que es porque en Cuba «nuestros albañiles echan cemento a diestra y siniestra. Se abusa de él» y, además, porque no se concibe una casa sin utilizar cabillas.

De ahí que defina esta nueva vivienda de Viñales como «un ejemplo singular y aleccionador»

«Hay gente que pregunta cuál es el capricho de construirla sin acero. Y el objetivo, simplemente, es mostrar que se puede hacer, que el acero no es imprescindible».

¿Por qué no se aplica más, si el método es realmente tan bueno como se afirma? Botello reconoce que es la pregunta que muchas personas le hacen, y explica que ello se debe a dos cuestiones fundamentales: «por desconocimiento y por intereses comerciales.

«En España, por ejemplo, que es la cuna de esta técnica, al lobby del cemento y de los materiales de construcción en general, no le conviene que se difunda».

El especialista advierte que el objetivo no es que se emplee en todas partes, sino que se tenga en cuenta, como una  alternativa constructiva con importantes virtudes, pues no requiere ni acero, ni madera para hacer encofrados, ni gravilla, ni hormigón, y que está basada en el empleo del barro, un recurso del que Pinar del Río posee abundantes yacimientos. «Uno la conoce y puede decidir dónde la va usar».

Por decisión del Gobierno del municipio, cuando esté concluida, la vivienda será entregada a una mujer y sus seis hijos.

Al cabo de varias semanas de trabajo, fuerzas de la Empresa de Restauración de la OHCH han llegado hasta Viñales para apoyar, en las labores de terminación, a los alumnos y profesores de la Escuela Taller.

No obstante, de pie, sobre un andamio, Julieta sigue a cargo de una de las tareas fundamentales: la conformación de la primera capa del  techo, a partir de lozas de barro que va uniendo con yeso.

«Me encanta lo que estoy haciendo y también el hecho de saber que es para ayudar a una familia en situación de vulnerabilidad», dice.

Desde abajo, acostumbrados a las construcciones tradicionales, hay vecinos que todavía observan con recelo. Julieta confiesa que algunos se impresionan cuando la ven caminando por el techo y se niegan a entrar a la casa, por miedo a que se pueda derrumbar.

Sin embargo, confía en que, con el tiempo, terminarán dándole la razón, y espera que esta peculiar construcción sirva para motivar a las personas de este territorio, a incorporar una técnica surgida durante la Edad Media, cuyas obras han soportado el paso de los siglos en muchos sitios del mundo y continúan en pie. (Fuente: diario Granma)

 



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