Washington, 6 nov (RHC) Una decena de personas permanecen este lunes en condición crítica tras recibir heridas la víspera en un tiroteo masivo en el estado norteamericano de Texas, donde también murieron 26, víctimas de ese crimen.

El vocero del Departamento de Seguridad Pública de ese territorio, Freeman Martin, informó que fueron 20 en total los lesionados durante la matanza ocurrida en la Primera Iglesia Bautista de Sutherland Springs.

Al mismo tiempo, investigadores aseguraron que la matanza ocurrió en medio de una situación doméstica en curso que involucraba al pistolero y sus familiares, algunos de los cuales asistían a esa iglesia.

De acuerdo con fuentes oficiales, el atacante, identificado como Devin Kelley, había enviado textos amenazadores a su suegra, quien frecuentaba el edificio pero no estaba allí en el momento del suceso.

Aunque las autoridades no han dicho oficialmente el posible motivo del ataque, reiteraron que el tiroteo no parece haber tenido motivos raciales o religiosos.

El recuento de los investigadores también precisó que Kelley, un hombre blanco de 26 años que se suicidó tras la matanza, era un exmiembro de la Fuerza Aérea quien disparó contra los feligreses con un rifle Ruger estilo asalto antes de ser atacado por un residente local.

Asimismo, dieron a conocer que el autor del crimen fue juzgado en consejo de guerra en 2012 y sentenciado a un año en una prisión militar por agredir a su cónyuge e hijo, y luego degradado y liberado por mala conducta en 2014.

A su vez, el gobernador de Texas, Greg Abbott, expresó que Kelley no era legalmente elegible para comprar armas de fuego, y cuando intentó obtener un permiso en el estado se le negó.

“La ley actual, tal como existe ahora, debería haber evitado que pudiera obtener un arma”, manifestó el republicano. (Fuente/PL)