Crisis política española en nueva fase

Editado por Maite González Martínez
2016-10-03 09:15:18

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Por: Guillermo Alvarado

La grave crisis que afecta desde hace ya casi 10 meses a España, que está administrada por un gobierno interino, entró en una nueva etapa cuando el líder del centro derechista Partido Socialista Obrero Español, PSOE, Pedro Sánchez, renunció a su cargo tras una rebelión de una parte de su agrupación.

De acuerdo con algunos analistas, la salida de Sánchez del espectro político en ese país podría abrir las puertas para que el conservador Mariano Rajoy, del Partido Popular, PP, resulte reelecto como presidente del gobierno y se eviten así las terceras elecciones legislativas.

Hasta ahora el PSOE se había negado rotundamente a apoyar a Rajoy para que éste se mantuviera en el poder, o por lo menos a abstenerse durante una eventual votación en el Congreso.

Sin embargo, otro sector de esa agrupación consideraba que la crisis se prolongaba ya durante mucho tiempo y que unos nuevos comicios tampoco significarían la solución, ya que ninguno de los partidos se ha mostrado hasta ahora capaz de obtener la mayoría parlamentaria absoluta para gobernar en solitario.

Esto llevó a la formación de dos bandos en esa agrupación y forzó la salida de Sánchez, para dejar de momento la dirección en las manos de una comisión gestora que comenzará esta semana a delinear cuál será el futuro inmediato.

Esta es la peor crisis de ese centenario partido y lo deja en una situación de extrema debilidad ante sus rivales.

En el otro bando, el PP aparece como más fortalecido, aunque todavía no logra conseguir los 176 escaños, de los 350 que forman el Congreso de los Diputados, cifra que le permitiría formar gobierno.

En los comicios de junio pasado Rajoy alcanzó 137 bancas y cuenta ahora con el respaldo del partido neoconservador Ciudadanos, que puso a su disposición sus 32 legisladores, más un representante de una formación de Canarias. Es decir que tiene en sus manos 170 curules.

Aun cuando el PSOE insista en no apoyarlo antes del 31 de octubre, fecha límite para tener investido a un presidente del gobierno o convocar a nuevos comicios, se estima que en una nueva cita con las urnas, que sería el 18 de diciembre, Rajoy consiga su propósito de seguir al frente del ejecutivo, a pesar del desgaste político del PP por los múltiples escándalos de corrupción que lo afectan.

Este paisaje político resulta matizado por las dificultades de la izquierda, representada por la coalición Unidos Podemos de fortalecer sus posiciones en una sociedad cada vez más desalentada por la larga crisis y los problemas del país.

La reelección de Mariano Rajoy al frente del ejecutivo en el país ibérico significaría mantener las políticas neoliberales en una nación afectada por un elevado costo de la vida, altas cifras de desempleo y una creciente pobreza que causan malestar y desesperación entre amplios sectores de la población.

 

 

 

 



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