Por: Roberto Morejón
En las más recientes elecciones, los angoleños eligieron continuar el rumbo político y económico, al votar por el candidato del MPLA, Joao Lourenzo, quien ya tomó posesión y afirmó que su gobierno se centrará en el desarrollo productivo y social.
El nuevo presidente de Angola pertenece al prestigioso Movimiento Popular para la Liberación de Angola que guió al país en la lucha anticolonialista y contra la agresión sudafricana.
Lourenzo deberá hacerle frente a la fuerte dependencia de los ingresos del petróleo.
El desplome de esos precios rebajó drásticamente las posibilidades de la economía de una nación que alcanzó avances importantes cuando el barril bordeaba los 100 dólares.
El petróleo representa casi la mitad del Producto Interno Bruto de Angola, según cifras de la OPEP, Organización de Países Exportadores del crudo.
Con la caída de las cotizaciones se reflejó la incapacidad de la economía de producir bienes y servicios con un precio y calidad competitivos.
Se trata de una limitación atribuida a la herencia de la prolongada lucha de liberación y por la pacificación interna.
Como derivación de la guerra, casi la mitad de la población de Angola se concentró en ciudades y poblados y una quinta parte en Luanda, la capital.
NO obstante, las autoridades opinan que NO se parte de cero porque Angola es la tercera economía de África subsahariana tras la de Nigeria y Sudáfrica y posee vastos recursos naturales como minerales, madera y diamantes.
El nuevo Jefe de Estado confía en contar con el respaldo de dos tercios de la Cámara, incluso para combatir la corrupción, una lacra admitida como un grave problema.
Otro de los factores negativos en Angola es el de la pobreza, a pesar de una reducción marcada durante los últimos 15 años.
El gobierno deberá atender asimismo las aún altas tasas de mortalidad infantil y materna.
Y lo hará a pesar de que como reconoció Lourenzo en una entrevista de prensa, "la situación financiera es menos buena a causa de la caída de los precios del petróleo”.
De acuerdo con sus pronunciamientos, aspira a consolidar y respetar la economía de mercado, privatizar algunas empresas estatales y atraer inversión extranjera hacia cuatro sectores básicos, agroindustria, minería, pesca y turismo.
En los planes del nuevo gobernante de Angola está igualmente desarrollar el café y los recursos hidráulicos pues en sus palabras, Angola tiene una gran extensión, muchas tierras cultivables, agua y clima propicio.
Sin poder eludir la subordinación al petróleo, Angola se dispone a diversificar la economía y trabajar por un desarrollo más dinámico e inclusivo, y para lograrlo contará con la ayuda de China, Cuba y otros amigos.
