Gina Haspel, la torturadora que promete ser paloma

Editado por Maite González Martínez
2018-05-19 08:08:01

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Foto toada de Radio Universidad de Chile

Por: Guillermo Alvarado

De todo se vale cuando se trata de obtener un alto cargo en el gobierno de los Estados Unidos, y de ello dio buenas pruebas Gina Haspel, una dura agente de campo responsabilizada con torturas contra prisioneros, quien ahora prometió que jamás volverá a realizar esas prácticas si se le confirma como directora de la tenebrosa Agencia Central de Inteligencia, más conocida como CIA.

Esta señora, de aspecto inofensivo por fuera, pero de una conducta feroz contra quienes considera enemigos de su país, trabaja para ese servicio de espionaje estadounidense desde hace más de 30 años y su hoja de servicios está vinculada con las llamadas “operaciones especiales” en lugares tan diversos como Etiopía, Tailandia y Turquía. De lo que se va conociendo en su expediente, no ha tenido reparo en utilizar técnicas inhumanas para extraer información de los detenidos y también mostró su habilidad para borrar huellas.

En la cárcel clandestina de Tailandia cuando la señora Haspel dirigía el lugar, el sospechoso de pertenecer a la organización Al Qaeda, Abu Zubaydah, recibió en 83 ocasiones el llamado “submarino”, también conocido como ahogamiento simulado, que causa una gran sensación de angustia en la víctima y está considerada como una práctica atroz de tortura.

También fue sometido a la privación del sueño y su cabeza golpeada contra las paredes hasta que los carceleros decidieron que no tenía información relevante que ofrecerles.

Ese centro fue cerrado en 2002 y Haspel pasó a otros servicios clandestinos bajo la dirección de José Rodríguez, quien a petición de ella mandó a destruir decenas de cintas donde estaban documentadas las torturas en que estuvo implicada.

Ahora prometió al Comité de Inteligencia del Senado que no volverá a portarse mal y al parecer le creyeron, porque recibió la aprobación por 10 votos a 5 para que su nombramiento pase al plenario, donde necesita el apoyo de 51 de los cien legisladores que componen esa cámara.

Que la CIA torture no es ninguna sorpresa. Fueron sus agentes quienes enseñaron a los militares latinoamericanos a convertir en hilachas un cuerpo humano para sacarle información durante la época de las dictaduras, y si no recuerden al siniestro Dan Mitrione, que entrenó a centenares de gorilas hasta que fue ejecutado por los revolucionarios uruguayos.

Quizás aquí lo novedoso es que en estas suciedades esté implicada una mujer. Además, si por fin es confirmada ella va a trabajar con un presidente impredecible e irascible que ya en una ocasión, por lo menos, alabó el ahogamiento simulado como un buen método. 

Por demás, la señora Haspel tampoco se siente avergonzada por su pasado. Ante los senadores dijo estar orgullosa por su participación en la lucha contra Al Qaeda. "Para mí, -aseguró- la tragedia es que la polémica que rodea al programa de interrogatorios haya acabado por sembrar una duda en lo que ha sido una gran contribución para proteger el país". Más claro, amigos, ni el agua.    



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