Tinieblas del primer año Piñera

Editado por Maite González Martínez
2019-03-14 07:35:25

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Imagen ilustrativa. (Foto/archivo)

Por: Roberto Morejón

El derechista presidente de Chile, Sebastián Piñera, cumplió el primer año de su segundo mandato interesado en favorecerse en las encuestas, sin atenuar las dificultades de los más vulnerables.

Si bien la economía creció 4 por ciento en 2018, los críticos del acaudalado empresario recordaron que tiene pendiente la aplicación de reformas de salud y pensiones, demandadas por la opinión pública.

En su afán de impactar en los sondeos, Piñera implementó una reforma migratoria para cautivar a los sectores de población reacios a la llegada de extranjeros, incluyendo los haitianos.

Pero contar con menos competidores por las plazas laborales no favoreció a los nativos del país austral.

En el primer año de gobierno del líder de la coalición Chile Vamos se crearon menos empleos de los pronosticados.

Piñera prometió instaurar 600 mil nuevas plazas de trabajo y solo se alistaron 140 mil, razón por la que fue acusado de generar sobre-expectativas sobre su gestión.

En opinión del ex candidato presidencial Alejandro Guillier, las reformas estructurales vaticinadas por el Primer Mandatario se convirtieron en humo y proyectos de ley mediáticos.

Con esa intención de ganar devociones, el derechista gobernante trataba de disipar el malestar por su trato a la minoría mapuche.

El país se vio estremecido con el asesinato del comunero mapuche Camilo Catrillanca por un agente de Carabineros.

Con la acción violatoria de los derechos humanos se puso de relieve la gravedad de un problema no resuelto, la atención a las minorías. Y si de demandas insatisfechas se trata destaca la imponente manifestación de mujeres el pasado ocho de marzo, en reclamo de igualdad de género y cese de la violencia de los varones.

El gobierno apenas tenía vínculos con esos reclamos y debió apresurarse a cambiar su discurso para no distanciarse del sentimiento popular.

Ahora bien, a pesar de las dificultades Piñera logró rebasar sus primeros 365 días con la tranquilidad de contar con una oposición política dividida.

Sus detractores dirimen disputas en lugar de crear una coalición mínima con vista a los comicios municipales. Con ese sosiego, el rancio estadista se dedicó a la desestabilización del gobierno constitucional de Venezuela y a monopolizar el liderazgo de una proyectada PROSUR, en sustitución de la paralizada UNASUR.

No debe asombrar entonces que al cabo de un año con más tinieblas que fulgores en su gestión, Sebastián Piñera alcanzara una desaprobación de 48 por ciento, aunque él afirma gozar de simpatías.

Claro, se refiere a la aprobación de los empresarios y no a las de sus compatriotas de los sectores vulnerables.



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