Los radicales colaboradores de Bolsonaro

Editado por Lorena Viñas Rodríguez
2019-04-19 07:35:22

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Foto: Archivo.

Por: Roberto Morejón

El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, es conocido por sus visiones ultraconservadoras en política, economía y sociedad, aunque varios de sus ministros lo imitan o aventajan.

En los primeros 100 días de su gobierno, Bolsonaro enfrentó la drástica caída de su popularidad, causada sobre todo por los escándalos en su equipo de colaboradores.

El ex capitán del ejército se vio obligado a destituir a un segundo ministro, el de Educación, Ricardo Vélez, colombiano nacionalizado en Brasil, ante los desatinos de su anárquica gestión.

Vélez intentó imponer una agenda conservadora muy criticada en el sistema de Educación y por padres de alumnos al proponer una drástica acción para borrar de la enseñanza lo que extremistas como Bolsonaro llaman “influencia del socialismo”.

El ahora ex ministro destituyó técnicos con quienes NO logró entendimiento y envió una carta a las escuelas públicas para pedir la filmación de los estudiantes cuando cantaban el himno nacional y repetían la frase predilecta de Bolsonaro: “Brasil por encima de todo, Dios por arriba de todos”.

El ministro de Educación depuesto llegó a proponer cambios en libros escolares para borrar su alusión al carácter multiétnico de la sociedad brasileña.

Si bien Bolsonaro concuerda con esos extremismos, fue acentuada la ola de protestas y separó del cargo a Vélez, la misma receta aplicada a otros exponentes radicales de su gabinete.

Es el caso de Gustavo Bebbiano, ministro de la Secretaría General de la Presidencia, caído en desgracia y conminado a irse a su casa tras ser acusado de manejo irregular de fondos electorales.

Bolsonaro también puede extasiarse con los enfoques conservadores de Damares Alves, ministra de la Mujer, Familia y Derechos Humanos, abogada, pastora evangélica y favorecedora de que los niños vistan idénticamente de azul y las niñas de color rosa.

Alves es conocida por convertir indígenas al cristianismo, criminalizar el aborto y rechazar a los grupos feministas y las campañas sobre igualdad de género.

Para no hacer la lista extensa de los colaboradores sectarios de Bolsonaro solo basta con mencionar al canciller Ernesto Araújo.

El jefe de la diplomacia brasileña alineó tan drásticamente a Brasil a la administración estadounidense de turno que sobrepasó los niveles de sometimiento de la dictadura militar, período sobre el que Bolsonaro y varios de sus allegados suelen ser muy benevolentes.

Rodeado de tales ministros y por sus tesis ultraderechistas, Bolsonaro ganó el mote de “Trump de los trópicos” y comanda uno de los gobiernos más retrógrados en la historia de América Latina.



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