Legalidad y orden son indispensables en Cuba para construir el futuro

Editado por Maite González Martínez
2020-02-19 08:25:25

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Presidente de Cuba Miguel Díaz-Canel durannte el balance de la Fiscalía General de la República. Feb/2020. Foto / Escambray.

Por: Roberto Morejón

Una sociedad como la cubana basada en los más nobles principios de justicia requiere del estricto orden y respeto a la legalidad, para poder dedicarse los ciudadanos a la construcción de un país más próspero, aun en medio del acoso de Estados Unidos.

Al respecto llamó la atención de los cubanos el hincapié realizado por el presidente de la República, Miguel Díaz-Canel, en una reciente reunión de la Fiscalía General.

El primer mandatario llamó al alejamiento de las faltas éticas y las conductas inadecuadas, una exhortación que debe motivar a la reflexión de los ciudadanos.

En un país que robustece la institucionalidad y arraiga una nueva, moderna y abarcadora Constitución, resulta imprescindible que todos apliquen sus preceptos y leyes complementarias.

En una situación material difícil por su condición de país pobre y bloqueado por Estados Unidos, urge ahorrar todo lo posible y preservar la integridad de bienes, a veces escasos, y salvaguardar servicios.

Tampoco debería existir espacio para el ejercicio de actividades ajenas a las normas vigentes que penalizan la especulación, reventa y usura.

Con poderosas organizaciones de masas, los cubanos tienen vías para aumentar la prevención de conductas coligadas con las indisciplinas sociales.

En ese sentido salta a primer plano la labor comunitaria persuasiva, sin desdeñar, por supuesto, el papel de los agentes del orden.

Los vecinos, el Poder Popular, las escuelas y en primer lugar las familias tienen por delante una misión insoslayable, la de reforzar la formación de valores.

En algunas personas afloran la propensión a alterar el orden, el descuido hacia la propiedad social y olvido o ignorancia de normas cívicas y de convivencia.

La contaminación sonora aumenta en la comunidad y fuera de ella, pues el estruendo de la música lo agigantan equipos de reproducción potentes, para el consiguiente entorpecimiento del descanso de las familias y afectaciones a la salud auditiva.

Apelar a sentimientos y convicciones en niños, adolescentes y jóvenes para prepararlos con vistas a comportarse en el futuro como personas honestas, desprendidas, solidarias, respetuosas de los de más edad, constituye una tarea permanente.

El presidente de la República se refirió recientemente a algunas desviaciones que deben erradicarse para continuar siendo, dijo, “la sociedad ordenada que hemos sido”.

Orden y decencia, otra de las palabras clave utilizada por el Jefe de Estado en algunas intervenciones, son herramientas imprescindibles para construir, de manera más armoniosa y efectiva, el futuro que ansían los cubanos.



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