Por: Lorenzo Oquendo
La Habana, 15 jul (RHC) La cuenta regresiva de 11 años está con pleno avance para que el cambio climático en el planeta convierta su fuerza destructiva ambiental contra el mundo de manera irreversible.
El 2030 está próximo y aún las medidas que pueden detener primeramente y eliminar después el calentamiento global se mantienen ausentes de las decisiones de organismos internacionales, lamentablemente.
El planeta actualmente es un gigantesco invernadero en constante consumo carbonífero industrial emanante de gases que por su contenido a veces dificultan apreciar en su magnitud el espacio atmosférico.
En estos tiempos son apreciables ecosistemas devastados, agua y aire contaminados, además de cientos de miles de especies amenazadas de extinción presentado recientemente en París por expertos de la Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y los Servicios Ecosistémicos, porque debido a los impactos del cambio climático continúa la degradación del ambiente terrestre, el entorno marino y el suministro de agua potable.
Las evaluaciones de nuestro mundo natural son realmente predominantes si conocemos que se reduce en diversas regiones la productividad agrícola por deterioro de suelos, disminución de la cobertura forestal, aguas residuales tóxicas junto con desechos sólidos vertidos en mares y las principales reservas de peces están sobreexplotadas.
Los científicos y especialistas del clima advierten que la temperatura global no debe sobrepasar el 1,5 grados para evitar que más de mil millones de personas sean desplazadas de su escenario natural por sequías y pérdidas de la biodiversidad.
No existen dudas de que el cambio climático deforma el medio ambiente, la economía, la manera de vivir, cambios en los sistemas físicos y biológicos, contaminaciones, enfermedades, desnutrición, además del estrés calórico ambiental.
El tiempo de espera disminuye para las correspondientes medidas ante el cambio climático.