Junto al esfuerzo solidario para atender los urgentes requerimientos de los damnificados por el paso del huracán Melissa en la región oriental, los cubanos dedican especial atención al impacto del dengue y el chikungunya, con transmisión endémica en el país.
El Ministerio de Salud Pública y la población en general están ocupados en la prevención de arbovirosis en las comunidades, donde se reportan numerosos casos de dengue y, sobre todo, de chikungunya.
Se trata de enfermedades transmitidas por el mosquito Aedes aegypti, cuya acción nociva se extendió a todas las provincias, a excepción de la sureña Isla de la Juventud, esta última en fase de alarma.
El personal de Salud Pública insiste en identificar y aislar el mayor número de casos posibles, sospechosos o confirmados, si bien no pocos pacientes optan, contrario a lo aconsejado, por atenderse en sus domicilios.
Expertos recomiendan a los afectados con síntomas febriles inespecíficos acudir a las instancias de salud, si bien la mayoría de los pacientes con diagnóstico de chikungunya reciben atención en sus viviendas.
Los llamados alertan a seguir cuidadosamente el estado de los enfermos con padecimientos crónicos, pues ellos tienen mayor riesgo de complicaciones.
También el dengue se extendió por 13 provincias cubanas, con alta concentración de casos, con un predominio del serotipo 4.
Ante la ausencia de vacuna para tales padecimientos, el Ministerio de Salud Pública recomienda como medida más efectiva la eliminación de los criaderos del mosquito, con inspección exhaustiva en las casas y los alrededores.
Funcionarios explicaron que el enfrentamiento a estas arbovirosis ha sido particularmente difícil en esta etapa a causa de las limitaciones económicas del país para ejecutar acciones de control vectorial, aplicadas tradicionalmente durante brotes virales.
Las huellas del bloqueo estadounidense se hacen sentir en la infraestructura sanitaria, cuyos profesionales apelan a su experiencia, habilidades y consagración para sortear escaseces.
No obstante, el país trata de adquirir equipamiento para llegar a la mayor cantidad de territorios posibles, sacudidos por la transmisión endémica.
Aunque el virus del chikungunya ha circulado por América en la última década, su presencia sostenida en Cuba es nueva.
En consecuencia, el sistema de salud ha adoptado una dinámica ágil y coordinada, con ciencia aplicada, sin olvidar las experiencias del combate a la Covid-19.
