Cuba mantiene una cooperación provechosa con la OPS, Organización Panamericana de la Salud, pero la obsesiva hostilidad de la administración estadounidense interfiere en su buena marcha.
Así se constata al prohibirle el Departamento norteamericano de Estado a la Viceministra primera de Salud Pública de Cuba, Tania Cruz Hernández, asistir como jefa de la delegación a la reunión del Consejo Directivo 62 de la OPS, en Washington.
De esa forma, el departamento a cargo de Marco Rubio impide que un miembro pleno y activo de la OPS transmita su mensaje a ese importante organismo internacional.
Si bien hoy por causa del bloqueo el sistema gratuito de salud pública en la nación antillana se resiente por la carencia de insumos y medicamentos, en Estados Unidos no pueden ocultar la asistencia prestada por La Habana a otras naciones del Hemisferio.
Más de 24 mil colaboradores cubanos de la salud trabajan en diversas regiones del mundo, incluyendo América Latina y el Caribe, y miles de médicos y técnicos se formaron en sus escuelas.
La viceministra primera de Salud Pública de Cuba podía hacer aportes a la reunión a la que le boicotearon su asistencia, pues la Organización Panamericana de la Salud realiza importantes acciones en la prevención y atención de enfermedades no transmisibles, por solo mencionar uno de sus objetivos.
Estados Unidos, donde está fijada la sede de la OPS, está obligada a facilitar la presencia de todas las delegaciones que tengan la finalidad de participar en las actividades de esa oficina regional para las Américas de la Organización Mundial de la Salud.
En lugar de ayudarla, Marco Rubio anunció este año medidas contra funcionarios de Brasil y ex directivos de la Organización Panamericana de la Salud, por su implicación en el programa Más Médicos en el gigante sudamericano.
El congresista Carlos Giménez, de alegado origen cubano, solicitó al presidente Donald Trump emitir una orden ejecutiva que revoque la inmunidad de la Organización Panamericana de la Salud únicamente en relación con el programa Más médicos, por acudir a profesionales cubanos.
Marco Rubio, por su parte, instruye a su personal perseguir a países que acuerden con la mayor de las Antillas recibir a sus médicos.
El Departamento norteamericano de Estado busca impedir que Cuba acceda a divisas internacionales, destinadas al sistema de salud pública del archipiélago, por concepto de la permanencia de médicos en países donde es posible abonar por ese servicio.
Todo forma parte de un plan dirigido a aislar a Cuba.