El egipcio Khaled Ahmed El-Enany, elegido la víspera secretario general de la Unesco, avizora una organización humana, inclusiva, ágil y comprometida con la justicia climática y cultural, y considera a Cuba símbolo de esos valores.
La propuesta del nuevo titular de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) en el período 2025-2029, se centra en escuchar, aprender de los territorios y co-construir soluciones, reafirmando el multilateralismo como herramienta esencial para la paz y el desarrollo sostenible.
En entrevista exclusiva con Prensa Latina en junio pasado, el académico egipcio describió el contexto global caracterizado, dijo, por una etapa de tensiones, fragmentación y desconfianza, lo que hace más urgente que nunca preservar espacios de diálogo, cooperación y entendimiento mutuo.
En ese contexto, consideró que la misión es fomentar la paz mediante la educación, la ciencia, la cultura y la información, desde un enfoque participativo. “La UNESCO debe ser una organización para la gente, construida desde las realidades locales, escuchando a sus Estados miembros y a la sociedad civil, en lugar de imponer agendas predefinidas”, afirmó. La organización contribuye a la paz, no mediante mecanismos de seguridad, sino abordando las raíces del conflicto: ignorancia, exclusión y pérdida de memoria histórica, apuntó, al tiempo que estimó que la Unesco, “Es uno de los últimos espacios donde los países aún pueden dialogar”.
Cuba: Símbolo del espíritu de la Unesco
El exministro de Turismo y Antigüedades de Egipto, sostuvo que Cuba encarna los valores fundacionales de la organización: solidaridad internacional (como con sus brigadas médicas durante la pandemia), apertura cultural, y compromiso con la educación y la ciencia.
Asimismo, valoró el rol del país caribeño “un Estado miembro de larga data que aporta una voz distintiva, rica en cultura, biodiversidad y experiencia en la lucha contra el cambio climático”.
La nación insular está en primera línea del impacto climático y, por ende, ofrece soluciones concretas y escalables, como el Plan de Gobierno Tarea Vida, que la Unesco-sostuvo- debe apoyar, aprender y replicar.
Destacó además la importancia de expresiones como la rumba, el bolero y el pan de yuca, que preservan identidad, y fomentan cooperación regional e internacional, señaló el antes profesor de la Universidad de Helwan.
Fuente: Prensa Latina.