El pasado lunes, EEUU, publicó en el boletín federal, la designación oficial del llamado cártel de los Soles como organización terrorista extranjera. La medida, firmada por el secretario de Estado, Marco Rubio, concluye que existe una base suficiente para considerar que esta red, incrustada en el aparato estatal venezolano, cumple los criterios legales que permiten catalogar a un grupo como una organización terrorista.
El llamado cártel de los Soles es una estructura imputada en EE.UU. vinculada a sectores de la Fuerza Armada venezolana y a altos mandos del chavismo, señalada desde hace más de una década por narcotráfico y corrupción. Su nombre proviene de las insignias con formas de soles que llevan en los hombros los generales de la Guardia Nacional Bolivariana, el cuerpo militar al que Washington atribuye el control de rutas y cargamentos de droga hacia Centroamérica, el Caribe y, sobre todo, Estados Unidos.
Entre los señalados por Estados Unidos hay militares, ministros, exfuncionarios y dirigentes cercanos a Nicolás Maduro. En acusaciones federales presentadas en Nueva York y Florida figuran, entre otros, Nicolás Maduro, Diosdado Cabello, Vladimir Padrino López, Tareck El Aissami, Néstor Reverol, Hugo Carvajal y Clíver Alcalá. Los dos últimos han sido ya juzgados y condenados.
La decisión llega en un momento de presión creciente de Washington sobre Caracas. Apenas una semana antes, Donald Trump anunció que preveía mantener una conversación con Maduro en “un futuro no muy lejano” y que tiene “algo muy específico” que transmitirle, que el propio presidente calificó de inminente.
En semanas recientes, Trump había rechazado una supuesta propuesta de Maduro para abandonar el poder en dos o tres años y dejar a Delcy Rodríguez, al frente hasta las elecciones de 2031. Funcionarios estadounidenses implicados en esas rondas diplomáticas admiten que la propuesta del mandatario venezolano fue vista como un intento de ganar tiempo ante la presión militar y las operaciones encubiertas ya autorizadas.
Desde el Pentágono, el secretario de Guerra, Pete Hegseth, explicó la semana pasada que esta designación abre “un montón de nuevas opciones” para la administración y permite dotar de nuevas herramientas a las agencias encargadas de enfrentarse a los grupos que considera narco-terroristas en la región. Mientras tanto, el Mando Sur ha ejecutado más de veinte ataques letales desde septiembre contra embarcaciones vinculadas al narcotráfico en el Caribe y el Pacífico oriental, con más de 80 muertos. Al mismo tiempo, Washington ha intensificado sus críticas contra los cárteles en México y ha reclamado una respuesta más contundente del Gobierno mexicano.
Delegados estadounidenses recordaron que la designación como organización terrorista permite una coordinación más profunda con aliados y abre la puerta a operaciones conjuntas en terceros países.
