La más reciente edición de la Feria Internacional de La Habana revitalizó plataformas de negocios y las facilidades para invertir en Cuba, en difíciles circunstancias internas.
El hecho de realizar con eficacia un evento tan significativo como la cuadragésimo primera Feria, puso de manifiesto las posibilidades de trabajar del país en un contexto tan apremiante, estremecido por el paso del devastador huracán Melissa por la región oriental.
La cardinal bolsa comercial de este archipiélago y una de las principales de la región tuvo lugar en medio de un flujo de aseguramientos hacia el oriente, para atender a damnificados y rescatar infraestructuras arrasadas.
Igualmente asistieron decenas de empresarios a una cita clave para la mayor de las Antillas, cuando son visibles acentuadas limitaciones materiales y de servicios, a causa, fundamentalmente, del recrudecimiento del bloqueo de Estados Unidos.
Aun en ese escenario tan espinoso, este Estado caribeño reafirmó la voluntad de ampliar nexos económicos, comerciales y de inversión con el mundo, a la luz de reformas anunciadas para ofrecer un tablero de oportunidades más competitivo y ágil.
Las decisiones anunciadas promoverán alianzas más dúctiles y eficientes y tienden hacia la renovación de los nexos con el capital extranjero.
El jefe de gobierno, Manuel Marrero, dijo haber dado indicaciones a ministros para actualizar a la mayor brevedad posible las normas vigentes, a fin de simplificar procedimientos y respaldar las flexibilidades anunciadas para el capital extranjero.
Cuba reafirma sus planes para salir de la crisis actual y estabilizar la economía, con la participación activa de todos los actores nacionales y extranjeros.
A estos últimos se les ofrece la ampliación de negocios en sectores como la industria, energía, turismo, finanzas, tecnología y servicios.
Entre lo concebido figura la promoción de Zonas Especiales, sin tener que alcanzar necesariamente las dimensiones de la ubicada en el occidental municipio de Mariel, negocios inmobiliarios y, sobre todo, la producción de alimentos y la economía del conocimiento.
Para ese empeño se pretende atraer inversiones extranjeras y generar canales exportadores.
En suma, Cuba da nuevos pasos para incrementar la producción nacional y los ingresos externos, con la inversión extranjera como componente esencial del desarrollo económico y social.
