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Injusticia y grosería contra Colombia

por Roberto Morejón
Gustavo Petro

La descertificación de Estados Unidos a Colombia en el cumplimiento del control de drogas tiene contornos políticos y no responde a un examen objetivo de esos procedimientos.

El presidente colombiano, Gustavo Petro, rechazó enérgicamente la decisión de Washington y calificó de fallida la política estadounidense en el control de estupefacientes.

Colombia, cuyo gobierno ha decidido detener la compra de armas a Estados Unidos, debe ahora reorientar los aprovisionamientos, pues pertrechos del país del Norte se utilizan por la fuerza pública para enfrentar los cárteles de la droga y grupos armados.

En ese contexto, el gobierno colombiano expuso lo que considera avances en la lucha contra el narcotráfico.

Entre los criterios fibrosos expuestos por el Jefe de Estado de Colombia sobresale el de que la descertificación, por primera vez en casi tres décadas, constituye “un chantaje colonial”.

Petro coincide con muchos analistas en el sentido de que la determinación de los inquilinos de la Casa Blanca estuvo basada en ideologías.

Es notable la virulencia del Departamento norteamericano de Estado y del Secretario Marco Rubio hacia políticas del gobierno progresista en Colombia.

Desde la asunción de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, se suscitaron tensiones, la primera de ellas en enero pasado, cuando Petro no permitió inicialmente el ingreso de dos aviones con deportados, por la forma humillante de su traslado.

En Washington no han sido recibidos con agrado los cuestionamientos del gobierno colombiano al despliegue militar de Estados Unidos en el Caribe.

Como era de esperar la derecha y sectores económicos tomaron distancia de Petro y lo exhortaron a bajar el tono ante lo que definen como riesgos para el país.

Según ellos será adverso para Colombia la mala percepción que generaría la descertificación en los mercados internacionales.

No obstante, Petro y sus colaboradores remarcan lo que consideran una injusticia e incluso una grosería, según el decir del presidente, cometida por la administración republicana, pues la política antidrogas colombiana sí aporta resultados.

Cifras oficiales aluden a que en 2024 fueron incautadas 889 toneladas de cocaína, la mayor cantidad alcanzada por el país en un año, además de informarse sobre la detención de personas ligadas al narcotráfico.

El gobierno de Colombia asegura que ese país es el que ayuda a Estados Unidos para que la cocaína no llegue a sus ciudadanos.

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