Cuba ratificó la relevancia otorgada a la inversión extranjera al informar sobre venideras flexibilizaciones en los procedimientos, como un componente cardinal para su desarrollo económico y atenuar limitaciones materiales.
Como parte de la cuadragésimo primera feria Internacional de La Habana, se informó sobre reformas encaminadas a crear un escenario de negocios más ágil.
El viceprimer ministro y titular de Comercio Exterior e Inversión Extranjera, Oscar Pérez-Oliva Fraga expuso las iniciativas, en medio de notable expectativa.
Las autoridades subrayaron que los anuncios se vinculan con el programa de gobierno para corregir distorsiones y reimpulsar la economía, hoy en una fase muy difícil, dadas las carencias materiales acentuadas e insuficiencias en servicios.
Todo ello originado esencialmente por el recrudecimiento del bloqueo estadounidense, aunque contribuyen a esas dificultades desaciertos internos.
Por las novedades enunciadas, se percibe que la mayor de las Antillas busca ampliar las capacidades ejecutivas de su economía y simplificar operaciones para captar más capitales y tecnologías foráneas.
Destacan entre las primicias la facilidad de que los inversionistas operen en moneda nacional y divisas según sus requerimientos.
La opción de crear cuentas bancarias fuera de fronteras, la eliminación del requisito de presentar un estudio de factibilidad para la aprobación de un nuevo negocio, al sustituirlo por la presentación de un plan para el emprendimiento, y la reducción en la exigencia de documentos particulares adicionales, marcan una ruta más despejada hacia el establecimiento de negocios.
En el área del turismo descolló la próxima autorización para el arrendamiento de hoteles, procedimiento que debe asumir la modalidad de empresa de capital totalmente extranjero.
Otro de los aspectos llamativos en las innovaciones vinculadas con las inversiones del exterior se refiere a que la decisión final de contratación del personal la asuma el inversionista, aunque la entidad empleadora participe en la selección.
Si bien estas y otras iniciativas dependen de posteriores normativas, se aprecia la intención de reafirmar a la inversión extranjera como mecanismo fundamental, evidenciada este año.
A pesar de los momentos tan tensos por los que atraviesa la economía y las presiones de Washington, en Cuba se han aprobado en el año 32 nuevos negocios, de ellos diez mediante trámites más simples y rápidos.
