El sistema electroenergético de Cuba en 2025 ha arrastrado los padecimientos de la crisis estructural aguda que sufre desde hace varios años, caracterizada por déficits crónicos de generación.
Se trata de una espiral descendente con repercusión en todo el quehacer de la sociedad y cuya expresión objetiva son apagones masivos que afectan hasta el 60% del territorio nacional, con cortes de hasta 20 horas diarias en ocasiones, con particular severidad en las provincias.
La Unión Eléctrica (UNE) reporta capacidades disponibles de mil 50- mil 400 MW frente a demandas pico de 2 mil 500- 3 mil mil MW, generando brechas de mil 400 a 2 mil MW, agravadas por averías en el parque termoeléctrico —donde hasta seis de 16 unidades están paradas— y más de 100 centrales distribuidas99 inoperativas por falta de combustible.
Esta situación responde a una dependencia excesiva de combustibles fósiles importados, con reducciones en suministros de Venezuela, México y Rusia, sumada a décadas de subinversión y obsolescencia infrastructural.
Las autoridades prometieron recuperar 850 MW vía generación distribuida y termoeléctricas, y avanzar en 92 parques solares para 2 mil MW a mediano plazo, pero solo se ha podido instalar alrededor de mil MW fotovoltaicos, aportando hasta el 30% en picos instantáneos pero insuficiente para cerrar la brecha de la demanda.
Cuba ha emprendido este 2025 reparaciones en varias unidades termoeléctricas del Sistema Eléctrico Nacional para recuperar capacidad generadora, aunque muchas aún enfrentan retrasos por falta de piezas y combustible.
Expertos advierten que sólo nuevas inversiones en termoeléctricas y almacenamiento, pondrá al Sistema Eléctrico Nacional (SEN) en condiciones de adecuada funcionabilidad.
Para el cierre de año se reportan unos mil MW de capacidad instalada en parques solares, que se han ido incorporando gradualmente y se espera estén plenamente disponibles desde inicios del venidero 2026.
En ciertos momentos del año las energías renovables llegaron a aportar alrededor del 30% de la generación instantánea.

Parque Solar Fotovoltaico. Foto: Archivo/RHC
La expansión solar representa un avance, mas no compensa la generación térmica colapsada, perpetuando una crisis que impacta severamente la vida cotidiana y la economía cubana.
El ministro de Energía y Minas, Vicente de la O Levy, anticipó una ligera mejoría en 2026 con más de mil 200 MW disponibles, pero insiste en que no se eliminarán los apagones por déficits de combustible y paradas programadas en plantas termoeléctricas claves.
La crisis del SEN tiene un componente externo que rotura los esfuerzos de las autoridades cubanas para mejorarlo: el bloqueo yanqui y demás articulados de la política anticubana de la Casa Blanca, engordados en más 65 años de guerra económica contra la isla.
El bloqueo impuesto por Estados Unidos ha causado daños significativos al sistema electroenergético cubano en 2025, al impedir el acceso a repuestos, tecnología y asistencia técnica debido a la presencia de componentes estadounidenses en equipos y piezas.
Entre marzo de 2024 y febrero de 2025 las pérdidas totales por el bloqueo alcanzaron 7 mil 667 millones de dólares, un aumento del 49% respecto al período anterior, afectando directamente la capacidad de reparación y mantenimiento de plantas termoeléctricas, como la Antonio Guiteras, en Matanzas, y la Carlos Manuel de Céspedes, en Cienfuegos.
En 2026 se espera una leve mejoría técnica en la generación eléctrica en Cuba, pero no el fin de los apagones.
Las propias autoridades han adelantado que seguirá siendo un año “difícil”, con cortes frecuentes por falta de combustible.
