Inicio TodosEditorialOportunismo barato

Oportunismo barato

por Guillermo Alvarado
Benhamin Netanyahu

El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, es la prueba viva de que las cosas nunca están tan mal, como para no poder empeorar un poco más, como lo demostró al solicitar el indulto al presidente Isaac Herzog por las causas en su contra por soborno, fraude y abuso de confianza.

Desde hace unos seis años, el jefe de gobierno del Estado sionista está emplazado en los tribunales por delitos graves que merecen no solo su destitución, sino penas prolongadas de prisión para él y su esposa.

Esto sin contar con las faltas graves contra la humanidad, perpetradas durante los últimos años en la Franja de Gaza contra la población civil palestina, que suma ya más de 70 mil muertos, la mayoría de ellos mujeres, niños y ancianos, si bien el balance real es mucho más grande.

Si hubiera justicia en este mundo, Netanyahu debería recibir un castigo similar al de Rudolf Hess, segundo al mando de Adolfo Hitler, quien fue sentenciado a cadena perpetua en la prisión de Spandau, sin permitírsele ningún contacto con el exterior desde 1947 hasta su suicidio en 1987.

En lugar de eso, este genocida moderno está pidiendo el indulto por delitos graves y cuenta con el apoyo de Donald Trump, otro de su misma especie.

Los argumentos son insólitos, pues solicita su exoneración “en nombre del interés nacional y la unidad” y alega que ese juicio “nos está desgarrando por dentro” en un momento de enormes desafíos para Israel.

Fíjense que en ningún momento plantea su inocencia por los cargos en su contra en tres causas separadas, sino que se excusa en el concepto ambiguo del interés nacional, como si su figura estuviera por encima de los principios de la justicia y la probidad.

Los hechos en sí son graves, pues la primera causa, llamada “Asunto de los regalos”, plantea que él y su esposa recibieron ilegalmente presentes valorados en cientos de miles de dólares de parte de dos empresarios multimillonarios, a cambio de favores políticos.

La otra es el caso Yadioth Ahronoth, donde Netanyahu habría negociado con Arnon Mozes, editor de ese diario israelí, para obtener una cobertura mediática más favorable para él y su familia.

El más grave es el “Asunto Bezeq”, que incluye cargos de soborno para otorgar favores regulatorios a la empresa de ese nombre.

No cabe ninguna duda de que el interés nacional más importante de un país, cualquiera que este sea, es la verdad y la justicia, es demostrar que nadie está por encima de los demás, y no el oportunismo barato exhibido por Netanyahu que aniquila principios fundamentales de la convivencia humana.

Comentarios

* Los comentarios son moderados. Radio Habana Cuba no se hace responsable de las opiniones vertidas aquí.


Ir al contenido