Inicio ExclusivaEl aprendizaje de un namibio en Cuba

El aprendizaje de un namibio en Cuba

por Nuria Barbosa
El aprendizaje de un namibio en Cuba

Tras 20 graduaciones, de la Escuela Latinoamericana de Medicina de La Habana, han egresado 31 mil 236 profesionales, provenientes de 122 países, que han sabido convertirse en abanderados de ese gran sueño gestado por Fidel de llevar “médicos y no bombas” al mundo.

La ELAM, fue fundada el 15 de noviembre de 1999 por el líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro y en estos años formó más de 87 980 estudiantes de 150 países, dentro y fuera de Cuba.

Uno de ellos es el namibio Melchizedeck Shikongo, de 27 años, quien aprendió los métodos y técnicas de la profesión en la facultad Calixto García de La Habana.

El recibió una beca gratuita por parte de su gobierno y se vino a Cuba con la convicción de que existe una educación de excelencia tanto en los niveles básicos como en la superior. «La medicina cubana es reconocida como una de las mejores formaciones en el mundo entero», aseguró.

Escuela Latinoamericana de Medicina de La Habana

Apenas conocía mucho de la isla caribeña, supo que una brigada médica labora en su país desde antes de alcanzar la independencia en 1990 y los pobladores expresan buen criterio del servicio que brindan en comunidades apartadas y de difícil acceso.

Desde que llegó, ha conocido y compartido con los cubanos en todos los sentidos, primeramente, el intercambio cultural con el aprendizaje del idioma español y luego las carencias de productos, los apagones, la inflación y «hasta el dengue, porque los cubanos sufren el bloqueo impuesto por Estados Unidos todos los días».

«He aprendido, -afirma- del cariño del vecino y el amigo, que siempre están prestos a ayudar, aunque ellos vivan con lo mínimo. He entendido que lo material no lo es todo y que la felicidad se alcanza en el éxito de la realización personal», precisa el joven muy sonriente.

El aprendizaje de un namibio en Cuba

Reconoce que su momento más feliz fue cuando pudo realizar el diagnóstico completo a un paciente sin la ayuda de su profesor en un consultorio comunitario, pero el más triste lo vivió al conocer del fallecimiento de otro paciente que atendió con un pronóstico de vida reservado. «La asignatura que más me gusta es ortopedia y cirugía y la que menos me gusta, medicina legal», puntualizó.

«En Cuba supe de no rendirme, aunque las circunstancias sean difíciles. A siempre salir con la cabeza en alto y la esperanza de que este día es mejor que el anterior. Llegué acá apenas un muchacho y ya soy hombre. He aprendido a ser amable y valorar la humanidad sin esperar nada a cambio. Sobre todo, he aprendido lo que es la paciencia».

El aprendizaje de un namibio en Cuba

Comentarios

* Los comentarios son moderados. Radio Habana Cuba no se hace responsable de las opiniones vertidas aquí.


Ir al contenido