Bombas y minas

Eldonita de María Candela
2025-04-19 09:31:25

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Foto: BBC

Por: Alfredo García Almeida*

El regreso de Donald Trump, a la Casa Blanca, está redefiniendo las políticas de defensa en el norte y el este de Europa. Las amenazas del magnate-presidente de ignorar los compromisos con sus aliados al otro lado del Atlántico, han impulsado el debate sobre armamento nuclear en Europa desde hace décadas.

Francia se muestra dispuesta a poner su arsenal atómico al servicio de sus socios en el continente; Alemania, Polonia, Dinamarca o Lituania, han mostrado cierto interés en las bombas francesas. En otro intento de ampliar el margen de maniobra frente a la amenaza de Moscú, todos los países de la UE fronterizos con Rusia, anunciaron que se retirarán del tratado de minas antipersona, para reforzar sus capacidades frente a una potencial agresión.

Tras 3 años de la invasión de Ucrania, se ha elevado la tensión nuclear en Europa. Rusia ha reformado su doctrina para poder responder a ataques convencionales con su arsenal atómico, parte del cual ha sido transferido a Bielorrusia, ha amenazado con usar armas nucleares tácticas en Ucrania y ha puesto en alerta máxima a “las fuerzas de disuasión” de su ejército.

El reciente acercamiento al Kremlin de Estados Unidos, que ha mantenido su paraguas nuclear en Europa durante más de 70 años, la reducción del apoyo militar a Ucrania y el desprecio con el que la Administración de Trump trata a sus aliados en la OTAN, han provocado que varias capitales europeas se planteen alternativas a la dependencia de la primera potencia mundial en materia de defensa.

“Estaríamos más seguros si tuviéramos nuestro propio arsenal nuclear”, declaró, Donald Tusk, primer ministro de Polonia, al Parlamento de su país en marzo. La razón que alegó fue “un cambio profundo en la geopolítica estadounidense”. Con la guerra en Ucrania y las amenazas de Washington, incluso antes de que se pronunciara Macron, el conservador, Friedrich Merz, quien en mayo se convertirá en canciller alemán, reclamó durante la recta final de la campaña electoral el inicio de conversaciones con Francia y el Reino Unido, sobre “cómo complementar el escudo nuclear estadounidense”.

Desde la fundación de la OTAN en 1949, la disuasión nuclear de la Alianza ha recaído en Estados Unidos. Alemania, Italia, Países Bajos, Bélgica y Turquía, mantienen en sus territorios armamento atómico estadounidense.

La Administración de Trump no ha amenazado específicamente con retirar sus ojivas nucleares de Europa, pero sí con reducir la cifra de soldados estadounidenses, destinados en el continente y con incumplir el compromiso de defender a sus aliados en la OTAN en caso de agresión. Según expertos, sustituir el escudo nuclear estadounidense por uno francés o francobritánico, sería un proceso complejo, costoso y lleno de obstáculos. Las bombas nucleares de la única potencia atómica de la UE, solo pueden lanzarse desde aviones o submarinos de fabricación francesa. A diferencia de las de Francia, las fuerzas nucleares del Reino Unido, dependen en gran medida de Estados Unidos para el diseño y la fabricación de armamento y el mantenimiento de su arsenal.

*periodista, analista internacional colaborador desde Mérida, Yucatán.

 



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