
Foto: W Radio
Por: Alfredo García Almeida*
“El bromance entre Donald Trump y Elon Musk, se terminó”. Así explica la redactora del periódico ABC, Dounia Sbai, “la creciente desilusión del magnate con las políticas fiscales del presidente estadounidense”.
“Bromance”, es un término acuñado para describir una relación amistosa muy cercana y afectuosa entre dos hombres, sin implicaciones románticas o sexuales. Es una combinación de “brother" (hermano) y “romance”, y se refiere a una amistad profunda. Si a ello se agrega el origen clasista de ambos, tenemos la alianza, Trump-Musk.
“Era un adiós esperado, un final de capítulo que pretendía ser dulce e indoloro después de un camino tumultoso, pero que sin embargo se ha tornado en un desenlace amargo”, agrega, Sbai. La “ley grande y bonita”, que incluye excenciones fiscales multimillonarias y un aumento en el gasto de defensa, fue la gota que colmó la copa. Musk confesó sentirse “decepcionado” con esta medida, dijo que iba a socavar el trabajo del equipo del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE por sus siglas en inglés), que él mismo lideró: “Creo que un billete (Ley) puede ser grande o puede ser hermoso, pero no sé si puede ser ambas cosas. Es mi opinión personal”, comentó en una entrevista emitida por la cadena CBS.
La Oficina Presupuestaria del Congreso predice que el déficit se va a disparar en 3,8 billones de dólares hasta 2034.
Trascendió que durante las últimas semanas, existía cierta tensión entre los dos multimillonarios, por la fiscalidad de la Administración de Trump. Poco a poco Musk se fue distanciando de la primera línea política y del cuestionado trabajo frente al DOGE. La caída de más del 71% de los beneficios de Tesla, una de sus empresas insignia, fue la primera señal de que el camino que emprendió no era el adecuado, llevándole a la decisión de limitar su labor como asesor del Gobierno.
Sbai explica: “Hay que remontarse tiempo atrás para entender la relación entre Trump y Musk. La campaña electoral fue el punto de unión entre ellos, formaron a una dupla envidiable, se entendían y se apoyaban como dos socios incuestionables que querían lo mejor para un país corrompido y en declive”. Musk llegó a donar más de 260 millones de dólares, para que el republicano llegara a la Casa Blanca.
Poco después, el nuevo presidente anunció la creación del Departamento de Eficiencia Gubernamental, con la misión de reducir el gasto público y simplificar la maquinaria burocrática del Ejecutivo. En sus primeras semanas en funcionamiento, Musk, despidió a miles de trabajadores y redujo, entre otras, las actividades de ayuda exterior del Gobierno de Estados Unidos.
Su equipo, compuesto por jóvenes ingenieros de software, accedió rápidamente al sistema de pagos de la tesorería, información confidencial sobre cuentas bancarias y pagos a la seguridad social, cerró la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), destruyendo uno de los programas vitales de alimentos y medicamentos en todo el mundo. Según expertos, en el registro de esta breve alianza entre multimillonarios, está reflejado el futuro de la nación norteamericana.
*periodista, analista internacional colaborador desde Mérida, Yucatán.