
Foto tomada de Internet
Por: Abel Rosales.
Hay que aprender a cargar con la cicatriz y con las mochilas, seguir andando y mirando para adelante.
Pepe Mujica.
La felicidad no es tener cosas, es darle un sentido a la vida. Con esa reflexión, el político uruguayo José Mujica le habló al mundo desde su humilde casa en las afueras de Montevideo, la capital uruguaya.
Estaba preparado para la muerte, que de ninguna forma limitará su impresionante legado. Mujica fue guerrillero, agricultor, presidente de un país y filósofo de su tiempo. El mundo recordará el 13 de mayo de 2025, con el adiós a un ser humano lleno de sabiduría y amor por el medio natural que compartimos.
Teresa Delgado, periodista de la emisora Radio Ciudad de La Habana, se considera una fiel seguidora de José Pepe Mujica. Lo conoció en La Habana en enero de 2016. Sobre ese encuentro nos cuenta: “Impartió una conferencia en Casa de las Américas en enero de 2016, a raíz de la edición 57 del premio Casa de las Américas, en la que trató sobre la importancia de la integración latinoamericana y que los dirigentes, revolucionarios, los líderes no debían desmayar en esta ardua tarea”.
Porque la política no es un negocio, la política es una pasión que se tiene o no se tiene…. Acá no venimos por lo que vamos a ganar o por lo que nos van a dar. Acá venimos porque estamos convencidos del punto de vista social. Soy consciente que pertenezco a una generación que se está yendo, pertenezco a la de Dios.
Pepe Mujica.
Sobre la foto que se tomó con Mujica, Teresa Delgado alega guardarla como el mayor tesoro; como guarda la de su padre, la de su madre, la de su hermano.

Foto cortesía de la entrevistada
Y continúa recordando: “La sala Che Guevara de Casa de las Américas estaba abarrotada a tal punto que muchos tuvimos que sentarnos en el suelo y yo fui una de ellas, pero me senté muy pegadito a la mesa donde impartía la conferencia Mujica. Al terminar la conferencia yo estaba buscando a ver si alguien se tomaba una fotografía con Mujica y salí yo para tomarme una, porque yo no podía dejar ese momento cuando pude conocer personalmente a Pepe, y yo con mucha valentía, cuando él se puso de pie, subí y le dije: quiero tomarme una foto con usted….”
José Mujica, el guerrillero, el presidente, el hombre cercano, siempre dispuesto a reflexionar sobre la naturaleza humana, y el rumbo de la política y la economía. Un hombre que desde lo más profundo de su corazón admiró a Fidel Castro.
Un ser humano que vivió al tope desde siempre y que terminó en una especie de Quijote, luchando con la primera potencia del mundo a 90 kilómetros, resistiendo cuando tenía vientos a favor y cuando tuvo vientos en contra, siempre resistiendo y esa no es una cualidad común.
Pepe Mujica.
Mujica se convirtió en un iluminado que conectaba con las multitudes, especialmente, los jóvenes. Como la periodista Teresa Delgado que lo conoció en La Habana en 2016, miles de seres humanos despiden a un hombre lleno del espíritu de nuestra América. Estudiar su legado es esencial.
José Mujica es el hombre que entendió su pasado, dialogó con su presente con los pies en la tierra, y dejó reflexiones esperanzadoras para el futuro.
Porque cuando mis brazos se vayan habrá miles de brazos sustituyendo la lucha y toda mi vida dije que los mejores dirigentes son los que dejan una barra que lo supera con ventaja y otros brazos jóvenes, porque la lucha continúa por un mundo mejor.
Pepe Mujica.
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