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Por: Alfredo García Almeida*
“Los niños se mueren de hambre. Las imágenes de madres abrazando sus cuerpos inmóviles, acariciándoles el pelo, hablándoles, disculpándose ¡Es insoportable! ¿Cómo alguien puede tolerar este horror?”, fue el grito de desesperación de Riyad Mansour, embajador de la Misión de Observación de Palestina en Naciones Unidas, poco antes que el venerable anciano se quebrase y rompiera a llorar, en una impresionante escena de angustia por el genocidio que sufre la población del territorio palestino, demostrando la impunidad de la política de, “Terrorismo de Estado”, israelí, frente a la impotencia del poder moral y militar de las Naciones Unidas.
Sin embargo la hambruna en Gaza no es suficiente, está acompañada de bombardeos esporádicos israelíes. En la tarde-noche del viernes, ocho civiles palestinos perdieron la vida y varias decenas más resultaron heridos, como consecuencia de una serie de ataques aéreos perpetrados por las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) en distintos puntos de la Franja de Gaza. Los ataques de Israel, han matado a 54.321 palestinos y herido a 123.770, según el último balance de las autoridades sanitarias del enclave, bajo control del movimiento islamista Hamás, tras la confirmación de 72 muertos y otros 278 heridos en las últimas 24 horas.
El continuo exterminio de palestinos en Gaza, fue acompañado con el anuncio israelí de 22 nuevos asentamientos judíos en la Cisjordania ocupada, considerados ampliamente ilegales según el derecho internacional. El ministro de Defensa, Israel Katz, afirmó que la medida “impide el establecimiento de un Estado palestino que pondría en peligro a Israel”, mientras que la presidencia palestina lo calificó de “escalada peligrosa”. La organización israelí antiasentamientos, Peace Now, la describió como “la medida más extensa de este tipo” en más de 30 años y advirtió que “transformaría drásticamente Cisjordania y afianzaría aún más la ocupación”.
Israel ha construido alrededor de 160 asentamientos que albergan a unos 700.000 judíos desde que ocupó Cisjordania y Jerusalén Este, tierras que los palestinos reclaman junto con Gaza para su futuro Estado. Se estima que 3,3 millones de palestinos viven junto a ellos. Sin embargo, la expansión ha aumentado drásticamente desde que el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, regresó al poder a finales de 2022 al frente de una coalición de derecha procolonial.
El pasado jueves, el ministro, Israel Katz y Bezalel Smotrich, líder ultranacionalista y colono que controla la planificación en Cisjordania, confirmaron oficialmente que se aprobaron 22 nuevos asentamientos, además de la renovación de los asentamientos en el norte de Cisjordania y el refuerzo del eje oriental del Estado de Israel.
Esto supone un revés a los esfuerzos por revitalizar la solución de dos Estados para el conflicto israelí-palestino, la fórmula de paz aprobada internacionalmente que permitiría la creación de un Estado palestino independiente junto a Israel, con una cumbre franco-saudita prevista para el próximo mes en la sede de la ONU.
*periodista, analista internacional colaborador desde Mérida, Yucatán.