Procesos políticos y sociales en América Latina han sumado la resistencia popular frente a la hostilidad de los enemigos externos, como ha ocurrido en Cuba y Venezuela con el alistamiento de milicias.
En ese último país se escucharon recientemente en las calles llamamientos a los ciudadanos para alistarse en las milicias, sin distinción de ideología, porque, subrayaron, el país está amenazado.
En varios Estados de Venezuela se desarrolló el primer fin de semana para inscripciones voluntarias en las milicias, proceso calificado por el presidente Nicolás Maduro de exitoso, en respuesta al incremento de las presiones de Estados Unidos.
La administración de Donald Trump elevó a 50 millones de dólares la recompensa por la detención del presidente de la nación y desplegó un escuadrón anfibio en el sur del Mar Caribe.
A lo anterior se unió una campaña feroz para presentar a Maduro y a otros dirigentes bolivarianos como involucrados en cárteles del narcotráfico.
A propósito de las noticias publicadas en Cuba acerca del alistamiento masivo de milicianos en Venezuela, personas que peinan canas recordaron en el archipiélago caribeño experiencias del pueblo sumado a la defensa.
Las Milicias Nacionales Revolucionarias se fundaron en la mayor de las Antillas en 1959 para defender al país ante las amenazas de agresión de Estados Unidos y la protección de objetivos civiles.
Después de una experiencia inicial en la occidental provincia de Pinar del Río cuando un grupo de campesinos conocidos como Los Malagones capturaron a una banda contrarrevolucionaria, ganó vigor en Cuba la idea de organizar al país para su amparo.
Impulsadas por el líder histórico, Fidel Castro, las Milicias en Cuba se instituyeron como una fuerza militar voluntaria del pueblo, subordinada al Ministerio de las Fuerzas Armadas, y llegaron a contar con medio millón de efectivos.
Después del sabotaje al vapor La Coubre en 1960, en Cuba se reorganizaron los destacamentos de milicias y asumieron un sentido táctico-territorial, puesto a prueba meses después durante el desembarco mercenario por Playa Girón.
Posteriormente también sobresalieron en la operación de limpieza en el Escambray, donde actuaban bandidos alzados.
En Cuba, las milicias ejercieron un papel destacado, aunque hoy rige la concepción de la guerra de todo el pueblo organizado.