Aprobado mediante el Decreto Presidencial 198 en 2021, el Programa Nacional para el Adelanto de las Mujeres (PAM) tiene como objetivo esencial fomentar la igualdad de derechos y oportunidades para las mujeres en Cuba. Este programa se enmarca dentro de un contexto institucional que busca no solo reconocer, sino también abordar las desigualdades de género que persisten en la sociedad cubana.
Desde su implementación, la Federación de Mujeres Cubanas ha actuado como el Mecanismo para el Adelanto de la Mujer en el país, un rol que fue reafirmado por el PAM. Este avance institucional refleja una madurez política que proviene del reconocimiento audaz de las disparidades de género aún presentes.
A inicios de 2025, la población femenina en Cuba ascendía a 4,939,098 mujeres, lo que representa más de la mitad de la población total del país. A cuatro años de la puesta en marcha del PAM, se realizó una evaluación exhaustiva que reveló hitos significativos, así como desafíos que persisten en un contexto nacional complicado.
El PAM contempla siete áreas estratégicas, orientadas a mejorar el empoderamiento económico de las mujeres, los medios de comunicación, la educación y el trabajo social, el acceso a la toma de decisiones, la legislación sobre derechos, un marco normativo contra la discriminación y la violencia, la salud sexual y reproductiva, así como la recopilación de estadísticas e investigaciones. Entre los logros más relevantes, destaca el aumento del acceso de las mujeres a posiciones directivas, con un 57.4% de representación en el legislativo, cifra que se encuentra entre las más altas a nivel mundial.
Adicionalmente, las mujeres cubanas están ocupando un número creciente de puestos en el Consejo de Ministros, en diversas instancias del Estado y dentro de las estructuras del Partido. Esto se traduce en una contribución significativa en términos de preparación profesional y liderazgo en sectores clave para el desarrollo nacional.
Según datos ofrecidos por la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI), alrededor de 51,000 mujeres están actualmente involucradas en actividades de ciencia y tecnología, marcando un récord en los últimos años. Además, Cuba se encuentra entre las pocas naciones que han alcanzado la paridad de género en la investigación científica, con una notable participación femenina en publicaciones relevantes, innovaciones y patentes.
Estos avances han ido acompañados de un fortalecimiento del marco jurídico que protege los derechos de las mujeres, así como mejoras en la recopilación de información relacionada con su situación en el país. Estos elementos son esenciales para visibilizar las problemáticas que enfrentan las mujeres y diseñar políticas públicas efectivas que respondan a sus necesidades. La promoción del liderazgo femenino en el sector no estatal y en proyectos de desarrollo local también se ha visto reforzada, así como la implementación de estrategias para la creación de nuevas fuentes de empleo.
Sin embargo, a pesar de estos logros, hay áreas que requieren atención constante. En 2025, Cuba continúa enfrentando problemas de discriminación, violencia y actitudes patriarcales que limitan el progreso hacia la igualdad de género.
El presidente Miguel Díaz-Canel, en una reciente sesión del parlamento cubano, subrayó la importancia de confrontar estas realidades, enfatizando que ignorarlas debilita la Revolución. El empoderamiento económico de las mujeres sigue siendo un tema pendiente, con inequidades laborales que dificultan su acceso a recursos y oportunidades.
La representación de las mujeres en los medios de comunicación también requiere mejoría; los estereotipos de género prevalecen, lo que limita la percepción social sobre las capacidades y roles que pueden desempeñar. Esto resalta la urgencia de una educación temprana que aborde los temas de género de manera integral.
El PAM ha trabajado en perfeccionar el Sistema Nacional para el Cuidado Integral de la Vida, que incluye la educación sexual y reproductiva, priorizando el parto respetuoso y la prevención del embarazo adolescente. A pesar de que un 74% de las mujeres se dedican a tareas domésticas y de cuidado, este trabajo frecuentemente no es reconocido ni remunerado de forma adecuada. Para mitigar esta carga, la FMC ha implementado medidas como la extensión de la licencia de maternidad a 15 meses y el reconocimiento del cuidado como una actividad laboral remunerada.
En las zonas rurales, existen todavía importantes diferencias culturales que llevan a muchas mujeres a mantener roles tradicionales sin compensación.
La vice primera ministra Inés María Chapman ha reiterado la importancia de fortalecer las acciones contra la violencia de género, incluyendo iniciativas como la eliminación del lenguaje sexista en los medios y la creación de la Defensoría Familiar. Hasta mayo de 2025, esta última ha manejado 1,732 casos, resolviendo 1,561 de ellos.
Por otro lado, el Proyecto «Apoyo a la Respuesta Nacional a la Violencia basada en género» ha comenzado a beneficiar a alrededor de 31,000 personas, aunque persisten deficiencias en la prevención y en las estrategias de trabajo social relacionadas con la violencia de género.
De manera que, aunque el Programa Nacional para el Adelanto de la Mujer ha logrado establecer cimientos sólidos para el avance de las mujeres en Cuba, es crucial redoblar esfuerzos en las áreas donde los resultados son aún insatisfactorios.
La voluntad política del Estado y el Gobierno cubano debe continuar concretarse en acciones efectivas que eliminen las barreras que limitan el desarrollo pleno de las mujeres en todos los aspectos de la vida nacional.
