Por: Roberto Morejón

La Fundación Interreligiosa para la Organización Comunitaria Pastores por la Paz recorre en estos momentos cerca de 40 ciudades estadounidenses con el objetivo, una vez más, de explicar el alcance del bloqueo contra Cuba y promover la solidaridad.

Llamados comúnmente como los Pastores por la paz, estos mensajeros del bien editan hoy la vigésimo novena Caravana de la Amistad Estados Unidos- Cuba, conocedores de la importancia de su ruta.

En sus escalas citadinas, los religiosos y activistas que los apoyan explican sobre el impacto del bloqueo estadounidense contra Cuba de más de cinco décadas y media.

Además, apelan a las más sanas motivaciones de pobladores estadounidenses a fin de acopiar enseres educativos, ordenadores y medicinas.

Estos amigos han desplegado durante varias décadas una intensa labor social NO lucrativa a favor de los derechos humanos de los ciudadanos del archipiélago caribeño.

Hostigados a veces por las autoridades, hoy los Pastores por la paz entienden la necesidad de insistir en la denuncia del recrudecido cerco económico al país vecino y de la reversión del proceso de normalización de relaciones bilaterales.

Por iniciativa de la administración de Donald Trump ha sido malogrado un acercamiento que si bien estaba surcado por profundas diferencias, permitió la firma de 22 acuerdos de cooperación y la discusión de las divergencias a altos niveles.

Los Pastores por la Paz lamentan que la actual administración republicana desoyera a las voces mayoritarias a favor de la distensión y prestara atención a sectores tan minúsculos como recalcitrantes aferrados al hostigamiento.

Frente a esa perfidia se levanta en toda su dimensión la obra de los religiosos que desde mil 992 viajaron en 28 ocasiones a Cuba con más de 4 mil toneladas de asistencia humanitaria.

Muchos de los autobuses alargados de color amarillo enviados por los devotos estadounidenses transitan aún por calles de ciudades cubanas y ayudan a trasladar a ancianos y niños.

Tan entrañable función fue predicada por el reverendo Lucius Walker, fundador de las Caravanas de la Amistad Estados Unidos-Cuba.

Su legado lo recogieron activistas de la fundación interreligiosa que en este verano realizan una importante labor para explicar aspectos relacionados con el estado actual de los nexos entre los dos países y la realidad en la mayor de las Antillas.

Los cubanos rendirán tributo a los protagonistas de la actual Caravana cuando lleguen a estas tierras después de cumplir su valiente y ennoblecedora misión en la nación norteña, porque acometen una tarea única para tender puentes.