Los asaltantes de Cúcuta

Editado por Lorena Viñas Rodríguez
2019-02-22 10:07:15

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El almirante Craig Faller, del Comando Sur de Estados Unidos.

Por: Roberto Morejón

El gobierno estadounidense posicionó efectivos militares en la empobrecida región de Colombia fronteriza con Venezuela, con el deslucido pretexto de canalizar una alegada ayuda humanitaria, rechazada por Caracas por intervencionista.

El almirante Craig Faller, del Comando Sur de Estados Unidos, se pasea por Sudamérica y el Caribe con el argumento de alistar la logística de una carga, supuestamente piadosa, por el irrisorio valor de 20 millones de dólares.

La cifra es muy inferior al monto de los capitales de Venezuela bloqueados por Washington y que se utilizarían para adquirir recursos básicos.

Detrás del rejuego con el dinero y la valija está en su apogeo un puente aéreo entre enclaves militares estadounidenses y Cúcuta, en Colombia, Roraima, en Brasil, y Curazao.

Todos contaron con la conformidad del almirante Faller, quien demostró estar a tono con su misión agresiva al recordar lo que Trump dijo en Miami en el sentido de que Washington busca lo que calificó de “transición pacífica” en Venezuela, pero “todas las opciones siguen sobre la mesa”.

Faller se movió como felino por las facilidades otorgadas, en especial por Colombia.

Antes, el presidente Iván Duque tuvo una acogida jubilosa en Washington y después el jefe de las Fuerzas Militares de Colombia, general Luis Navarro Jiménez, visitó la sede del Comando Sur en Miami.

Las puertas se abrieron para la institución castrense a tono con el documento del “Golpe maestro”, un plan firmado por el jefe Kurt Tidd a partir de las lecciones recogidas de intentos de golpe en Venezuela, como el del 2002.

El despliegue militar estadounidense en la región próxima a Venezuela constituye una provocación, puede desatar incidentes peligrosos y responde a una estrategia de las altas esferas del poder en Washington.

Recuérdese que el superhalcón asesor de seguridad nacional John Bolton se dejó ver hace poco cuando mostraba un cuaderno con el título: “5 mil tropas para Colombia”.

Paralelamente se observaron movimientos militares inusuales en el Caribe. Una declaración del gobierno cubano precisó que entre el 6 y el 10 de febrero de 2019 se realizaron vuelos de aviones de transporte hacia el Aeropuerto Rafael Miranda de Puerto Rico, la Base Aérea de San Isidro, en República Dominicana, y hacia otras islas del Caribe.

El documento recordó que en los sitios referidos operan unidades de Fuerzas de Operaciones Especiales y de la Infantería de Marina utilizados para acciones encubiertas.

De manera que tras la avalancha propagandística en torno al aducido socorro humanitario ya se desplegó en las cercanías de Venezuela una inusitada presencia tan indeseable como alarmante.



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