Suspenso tras comicios españoles

Editado por Maite González Martínez
2019-04-30 08:44:23

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Por: Guillermo Alvarado

Numerosas novedades dejaron las elecciones generales celebradas en España, entre ellas el ascenso de las fuerzas de la socialdemocracia, la debacle de la derecha conservadora representada por el Partido Popular y el ingreso por primera ocasión al recinto Legislativo de la extrema derecha.

El Partido Socialista Obrero Español, PSOE, fue el ganador de unos comicios marcados por una asistencia histórica de votantes, el 75,15 de los convocados, y logró llegar a 123 diputados, 38 más de los que tenía.

De todas maneras quedó lejos de la mayoría parlamentaria, de 176 escaños, por lo que tendrá que negociar con otras fuerzas para formar un gobierno estable, capaz de mantenerse durante los cinco años venideros.

Claro que podría intentar un ejecutivo en solitario, pero eso significaría un ejercicio desgastante para buscar pactos cada vez que las cosas se pongan complicadas en la cámara de diputados. No es lo mismo negociar firme a mediano o largo plazo, que estar buscando votos cotidianamente para sacar adelante sus proyectos.

El camino que le queda a Pedro Sánchez, líder del PSOE, es aliarse con la coalición Juntos Podemos y sumar sus 42 escaños, más otros 11 de partidos minoritarios, entre ellos los independentistas catalanes y vascos que, sin lograr resultados espectaculares, avanzaron en estas elecciones.

Lo otro sería caer en los brazos de la derecha moderada de la agrupación Ciudadanos, que con sus 57 asientos le daría automáticamente la mayoría, pero le provocaría una tormenta de críticas entre una parte de la militancia del PSOE, totalmente opuesta a un pacto con estas fuerzas.

Un motivo adicional de satisfacción para los socialdemócratas es haber conseguido mayoría en el Senado, una cámara legislativa de menor influencia y peso político en España, pero que había sido un feudo tradicional de los conservadores.

El golpe más fuerte en estas votaciones lo recibió sin duda alguna el Partido Popular, que cayó de 137 a solo 66 diputados, lo que significa que perdió más de la mitad de su fuerza y, si bien se mantiene como segundo en el espectro político del Parlamento, no es ni la sombra de lo que fue en las elecciones de 2016.

Con menor severidad, también recibió un castigo Pablo Iglesias y su formación Juntos Podemos, que de 61 bajó a 42 escaños, debido a las pugnas internas y la posición poco clara de su liderazgo a propósito de temas candentes, como la independencia de Cataluña.

Preocupante es el avance de la ultra derecha representada por el partido Vox, que logró 24 diputados y entró en el organismo legislativo con un discurso impregnado de odio, xenofobia, racismo y misoginia.

Tal es el panorama que dejaron estas elecciones cuyo desenlace no será pronto, toda vez que el 26 de mayo hay elecciones municipales y regionales y de aquí para entonces todo el mundo se cuidará mucho para no cometer errores, o adelantar pactos, que pudieran costarle caros en esa otra cita con las urnas.



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