Congreso por la cultura y la decencia

Editado por Lorena Viñas Rodríguez
2019-07-01 07:40:43

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Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.

Por: Pedro Martínez Pírez

Con gran brillantez concluyó ayer en La Habana el Congreso de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, UNEAC, que eligió como nuevo presidente a Luis Morlote Rivas y consagró al poeta, ensayista y etnólogo Miguel Barnet como presidente honorario.

Licenciado en Letras y profesor Invitado de la Facultad de Humanidades de la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas, Morlote, quien se ha destacado como notable realizador radial y televisivo, era el vicepresidente primero de la UNEAC y el pasado año fue electo diputado al Parlamento cubano por la ciudad de Santa Clara.

El laureado intelectual Miguel Barnet ejerció durante once años la presidencia de la UNEAC, fundada el 22 de agosto de 1961 y cuyo primer presidente fue el Poeta Nacional de Cuba Nicolás Guillén.

El Congreso fue clausurado por el jefe de Estado, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, quien pronunció un sólido y abarcador discurso que fue en varios momentos interrumpido por los aplausos de los delegados que colmaron una de las salas del Palacio de Convenciones de La Habana.

El primer mandatario se declaró como “un apasionado del arte y de la cultura en sus más diversas expresiones”. Y en sus esclacedoras palabras resaltó el papel desempeñado por Fidel Castro, quien en más de una ocasión acudió a la vanguardia intelectual y artística para enfrentar los desafíos a la Revolución.

Como ha venido haciendo en los últimos meses, Díaz-Canel criticó el burocratismo y la falta de profesionalidad que ahogan la creación, y llamó a elevar la crítica cultural.

Recordó que Cuba enfrenta los proyectos subversivos y la oleada colonizadora global que la UNEAC debe continuar rechazando con valentía, compromiso revolucionario e inteligencia. Subrayó que la actual administración estadounidense destina nuevos y mayores fondos a la subversión para destruir a la Revolución.

Díaz-Canel finalizó sus palabras reiterando las coincidencias de la vanguardia intelectual y la Revolución, que defienden una Cuba libre, independiente y soberana, fiel a su historia, que garantiza la justicia social y la justa distribución de la riqueza, que respeta la dignidad plena del ser humano y que repudia todas las formas de discriminación.

Un país, subrayó, donde no prosperen nunca el crimen organizado, la trata de personas o el terrorismo, defensor de los derechos humanos de todos y no de segmentos esclusivos o privilegiados, libre de toda forma de violencia, esclavitud y explotación humana, y con un ejercicio ejemplar de la democracia del pueblo y no del poder antidemocrático del capital.

Un Congreso para no olvidar fue el de los escritores, artistas e intelectuales de Cuba finalizado este domingo en La Habana con un discurso magistral del presidente Díaz-Canel que tuvo amplia repercusión nacional.



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